Alimentos recomendados en la Fibromialgia

Yago Pérez. Dietista-Nutricionista 

Fibromialgia y Alimentación

El cansancio y el malestar general, el dolor y la ansiedad que padece de forma crónica el enfermo de fibromialgia afecta en su totalidad a su vida cotidiana y por lo tanto, afecta también a sus hábitos alimentarios que se suelen ver alterados. Pueden aparecer graves desequilibrios nutricionales y la aparición de obesidad por la falta de ejercicio físico y mal reparto de las calorías.

Es un hecho demostrado que los hábitos alimentarios pueden estar implicados en el origen de algunas enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, la diabetes y determinados tipos de cáncer. 

Por lo tanto, una alimentación equilibrada aportará la energía, las vitaminas y los minerales imprescindibles para mejorar la calidad de vida del enfermo y evitar la aparición de complicaciones por carencias o excesos.

Una dieta rica en frutas, vegetales y legumbres, rica en  potasio, zinc, silicio y selenio y pobre en grasas y proteínas de origen animal ayuda a mantener los músculos y los tendones en buen estado y pueden ayudar a disminuir la sensación de dolor.

Los enfermos de fibromialgia deben aportar una ingesta suficiente de calcio a través de la alimentación e incluso a través de suplementos ya que una baja concentración de este en sangre es responsable de la aparición de espasmos musculares.

El magnesio interviene en el proceso de la contracción muscular y su carencia provoca estremecimientos musculares y calambres además de apatía y debilidad.

Es frecuente incluir en el tratamiento suplementos de vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C y E para combatir el estrés y reforzar el sistema inmune. 

Alimentos recomendados en la Fibromialgia

Alimentos Alcalinizantes

Ricos en potasio, calcio, magnesio y sodio: la lechuga, las endibias, la escarola, el perejil, el plátano, el mijo, las almendras, el maíz o las castañas.
Ricos en ácidos grasos omega 3: aceites extra-virgen no refinados de Linaza o de Lino, de Sésamo o de Ajonjolí, de Chia (Salvia hispanica), de Cáñamo, de Girasol, etc.
Ricos en antioxidantes: frutas frescas, frutos secos y semillas, manzana roja, pera, almendras, avellanas, sésamo o ajonjolí, etc. Frutas como el limón son muy recomendables ya que contrariamente a lo que se piensa, las frutas ácidas no suelen ser acidificantes, ya que su digestión deja como residuos minerales alcalinos.
Ricas en calcio, vitamina C, ácido fólico y betacarotenos: Verduras y hortalizas: zanahoria, cebolla, apio,  etc.
Ricos en selenio, vitaminas del grupo B y fibra: Cereales integrales y algas de mar o de gua dulce.
Ricas en calcio, magnesio y otros oligoelementos que facilitan su la absorción: Algas de mar o de gua dulce

Alimentos desaconsejados en la Fibromialgia

Alimentos Acidificantes

•Ricos en fósforo, azufre y cloro. Entre los más destacados están los que contienen aditivos y edulcorantes, las harinas refinadas, las conservas, etc.
•Ricos en oxalatos: espinacas, acelgas, remolachas, etc.
•Ricos en grasas saturadas: carnes grasas, embutidos, mantequilla, lácteos enteros, etc.
•Ricos en purinas: vísceras, carnes rojas y  mariscos.
•Vegetales solonáceos -contienen solanina, una toxina que actúa sobre los enzimas formadores de los músculos aumentando la inflamación y causando dolor-: tomate, papa, pimiento, pimentón, berenjena, etc.
•El alcohol, la cafeína, la sal y los azúcares refinados.

Cuando hay acidosis por el abuso de estos alimentos aparecen síntomas como la falta crónica de energía, sabor agrio y viscoso al despertar, propensión a la fatiga y el frío, mayor tendencia a la depresión, encías inflamadas y sensibles, caries, cabello sin brillo y su caída, piel seca y agrietada, uñas frágiles y quebradizas, calambres y espasmos musculares, problemas osteoarticulares, aumento en el depósito de cristales en las articulaciones y su inflamación, propensión a sufrir infecciones y músculos doloridos.

Consejos para una alimentación saludable: 

•Fraccionar la ingesta diaria en 4 o 5 comidas para un buen reparto de las calorías.
•No saltarse ninguna comida ni “picar” entre horas.
•Comer en un ambiente relajado, sin prisas.
•Aumentar el aporte de fibra alimentaria a través del consumo de un mínimo de 5 raciones diarias de verduras y frutas. 
No abusar de los alimentos flatulentos: legumbres (frijoles, frejoles, alubias,etc), col, coliflor, coles de bruselas, brócoli, alcachofas, nabos, cebolla, ajo, manzana verde cruda, melón, sandía, chocolate, frutos secos (cacahuete, maní, etc) y setas.
•Reducir el consumo de carnes o evitarlo completamente. 
•Utilizar cocciones ligeras como el horno, la plancha, el vapor, el papillote o el hervido y limitar o evitar las más grasas (fritos, rebozados, empanados).
•Reducir el aporte de azúcares refinados presentes en caramelos, pasteles, azúcar de mesa, bebidas azucaradas, etc.
•Utiliza como fuente principal de grasas el aceite extra virgen de oliva o de girasol (no deben ser aceites refinados).
•Bebe suficientes líquidos (alrededor de 2 litros de agua diarios).
•No consumas alcohol.
•Mantente en un peso adecuado.
•Realiza ejercicio físico moderado y adaptado a tus características personales.

Vivir mejor con Fibromialgia

Estos son algunos consejos que pueden ayudar:

•Duerme mucho
•Haz todo el ejercicio que puedas. Si el dolor no te permite hacer ejercicio, mantente todo lo activo/a que puedas.
•Haz ajustes en el trabajo para adaptarte a la fibromialgia. Reduce la jornada o cambia de trabajo.
•Sigue una dieta equilibrada, variada y nutritiva.
•Consulta con tu médico las formas de reducir el dolor.
•Busca apoyo emocional con amigos y familiares o apoyo profesional con un psicólogo.

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