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El Ciclo Vicioso de la Fibromialgia y Del Impacto Emocional


Rescate emocional

Si eres una persona sana y activa y desarrollas fibromialgia, los síntomas pueden causar estragos en tu vida. Tu incapacidad para participar en las actividades que antes disfrutabas puede causar frustración, enfado, preocupación o depresión. Tu incapacidad de cubrir las necesidades de tus hijos, pareja, trabajo o comunidad puede contribuir a una sensación de incompetencia e inutilidad. Puede que tus amigos se distancien. Puede que pierdas tu trabajo o tu pareja, causando serios problemas económicos y dolor emocional. Todas estas son reacciones normales a las pérdidas que sufres cuando desarrollas fibromialgia. Pero no estás solo. Muchas personas con otras enfermedades como artritis reumatoide, enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes u otras enfermedades crónicas tienen las mismas reacciones. Desafortunadamente, ya que los fibro-pacientes no tienen unas anomalías obvias físicas o de laboratorio, muchos han tenido que escuchar por parte de amigos, familiares o incluso de sus médicos que no hay nada malo con ellos y que sus síntomas están en su cabeza. Es muy simple, les dicen, elimina el estrés de tu vida y estarás bien. Esta gente no tiene razón. 

La fibromialgia es una enfermedad real y no se debería ignorar su impacto psicológico.

La fibromialgia puede afectar directamente a tus emociones

Las investigaciones han mostrado que hasta el 30% de los pacientes con fibromialgia pueden experimentar distrés psicológico, incluyendo ansiedad y/o depresión. Los investigadores creen que algunas de las reacciones emocionales se pueden deber a la forma en la que la fibromialgia afecta a los neurotransmisores y a otros sistemas que regulan nuestro cuerpo. Las alteraciones hormonales pueden causar bajos niveles del azúcar sanguíneo o de la hormona tiroidea, lo que también puede producir síntomas depresivos. Las alteraciones adrenales pueden llevar a sentimientos de pánico e ansiedad. Los problemas del sistema inmune pueden causar que la gente se sienta fatigada o deprimida. El simple hecho de no poder dormir bien por la noche basta para volver a alguien irritable, ansioso o deprimido. Los estudios han mostrado que, las personas privadas de sueño durante unas pocas noches, desarrollan muchos síntomas como los que tienen los pacientes con fibromialgia, incluyendo el distrés emocional y problemas para pensar, memorizar y juzgar. Como sabrá cualquier madre, los niños cansados se vuelven irritables y llorosos, ¿por qué sería diferente en los adultos?

Los investigadores han encontrado un problema en el sistema de response al estrés en pacientes con fibromialgia. Este sistema es compuesto por las glándulas adrenales, el hipotálamo, la hipófisis y la tiroides. Debido a un fallo en la regulación de este sistema las personas con fibromialgia tienen problemas para procesar y manejar el estrés. El sistema de response al estrés puede ser incapaz de responder apropiadamente a incluso estresores menores. La enfermedad no solamente causa un enorme estrés en tu vida, pero también evita que lo puedas manejar como es debido. ¡El sistema de response al estrés está sobrecargado!

Se ha mostrado claramente que el estrés agrava la fibromialgia. 

Pero—reducir el estrés y su impacto—puede ser más fácil decirlo que hacerlo. Todas las personas (pero especialmente los pacientes con fibromialgia) tienen estrés en sus vidas, estrés que puede ser inevitable. El asesoramiento y/o manejo del estrés pueden ayudarte a manejar los síntomas de la fibromialgia y mejorar el conjunto de reacciones al estrés. Pero, aunque los consejeros entrenados para tratar los pacientes con fibromialgia pueden ser muy útiles, también tienes que trabajar tú. Puede que no sea fácil hacer cambios en ti mismo, y es natural que lo resistas. Algunas personas buscan una pastilla mágica que les quite los problemas. Es muy importante comprender que no hay pastilla mágica para la fibromialgia. Las investigaciones muestran que un tratamiento combinado y multidisciplinario es la manera más efectiva para conseguir alivio sintomático. Aunque no sea una cura, muchos pacientes opinan que hacer cambios apropiados en sus vidas puede reducir sus síntomas, ¡en algunos casos hasta en un 90%!

La fibromialgia no solamente te afecta a ti; afecta a los que están a tu alrededor.

Familiares

¿Cómo manejan tus familiares tu enfermedad? Pueden tener numerosos sentimientos con respecto a los cambios que ven en ti, y puede que no expresen sus sentimientos por miedo a causarte más preocupaciones, o puede que no saben lo que decirte o cómo expresar sus pensamientos. Es muy difícil que los demás comprendan la cantidad de dolor que tienes, porque la fibromialgia es una enfermedad invisible. Tienes buen aspecto ¿verdad? Esto puede formar un círculo vicioso en el que tu y tus familiares se vuelven desconfiados, desconectados o extraños de ti. Puede que quieres apoyarte en tus familiares u amigos para ayuda emocional. Si pides demasiado de ellos, se podrían resentir o puede que se sienten inadecuados para proporcionarte la ayuda que necesitas. Pregúntate si estás pidiendo demasiado de tu pareja o de tus amigos. Si es así, podría ser útil que contactes con un profesional con quien hablar.
Si tienes esposo/a u otra persona significante, puede que esté preocupado/a por numerosas cosas, como: ¿cuánto tiempo durará la enfermedad?, ¿empeorarán los síntomas con el tiempo y sufrirá tu vida social?, o ¿se organizarán con las tareas domésticas con tu incapacidad? Si no puedes trabajar debido a tu incapacidad, puede que se preocupe por las responsabilidades económicas. Puede que se frustre si no mejoras, o que se enfade. Muchos esposos/as u otras personas significantes se tragan los sentimientos por miedo a causarte más preocupaciones; algunos recurren a la cólera y se niegan a creer que estás realmente enfermo y todavía esperan que hagas todas las tareas domésticas que eras capaz de hacer antes de desarrollar fibromialgia.
Las relaciones íntimas pueden volverse cosa del pasado. Muchos pacientes con fibromialgia están demasiado cansados o tienen demasiado dolor para disfrutar de las relaciones sexuales. Los efectos secundarios de los medicamentos también pueden causar la reducción de los deseos sexuales o problemas para conseguir el orgasmo. Puede que la pareja tenga miedo para iniciar relaciones íntimas por miedo a causarte más dolor. Esto puede llevar a frustración, miedo o sensación de soledad dentro de las relaciones. Hablar sobre este problema puede ser muy útil; puede aliviar miedos, preocupaciones o frustración.
Puede que tengas que hacer más esfuerzo para tener intimidad física en tu vida; hacer que estos momentos sean especiales, planear una cena juntos en un restaurante romántico, con velas en vuestro dormitorio, o simplemente tomaros un poco de tiempo para pasar juntos, todo esto puede mejorar considerablemente vuestra vida íntima. Si tu pareja está dispuesta, puede darte un masaje con un aceite oloroso, para ayudaros a preparar el ambiente. Se creativo. Tener fibromialgia no significa no poder tener una vida sexual satisfactoria con alguien a quien quieres.
El consejo marital puede ser útil si tenéis dificultades para arreglaros solos con estos asuntos.
Algunos pacientes con fibromialgia dijeron no solamente haber perdido su salud debido a la enfermedad, pero también a su pareja u esposo/a. Esto no tiene porque ocurrir si tomáis medidas para comunicaros vuestros sentimientos. Si tenéis problemas para hablar de este tema, un asesor entrenado os puede ayudar para aclarar cualquier problema de comunicación que tenéis.

Amigos

Es posible que, debido a las limitaciones causadas por la fatiga o el dolor, has dejado de socializar con tus amigos. Quizás ya no eres capaz de salir a caminar con el grupo con el que solías ir, ni de reunirte con tus amigos en el gimnasio local. Puede que estás demasiado cansado para ir a misa los domingos por la mañana y demasiado cansado por las noches para socializar con los grupos con los que lo pasabas tan bien, como los grupos de acción comunitaria. Puede que tus amigos dejaron de llamarte porque ya no puedes participar con ellos en las actividades con las que disfrutabas tanto en el pasado, antes de desarrollar fibromialgia. Es posible que la gente que lleva muchos años con los síntomas ha aprendido a acompasarse.
Muchas personas opinan que los grupos de apoyo son valiosos, no solamente porque proporcionan información, pero porque allí encuentran a gente con la que compartir e intercambiar sentimientos y problemas. Puede que encuentres un amigo en tu grupo de apoyo local con el que compadecerte, o un nuevo grupo de amigos con el que hacer ejercicios. Extender la mano para hacer nuevos amigos que comprenden tus limitaciones puede reducir los sentimientos de aislamiento y soledad. Tener un amigo telefónico puede ayudar. Alguien a quien puedes llamar por teléfono para compartir sentimientos o solamente charlar sobre la vida puede proporcionar algo de apoyo y conexión.

La enfermedad también afecta a niños.

A menudo la gente cree que los niños no tienen que conocer los problemas que hay en la familia. Opina que los niños son demasiado jóvenes para comprenderlos o no se los quieren contar por miedo a causarles preocupaciones innecesarias. Mi experiencia como asesora de muchos niños e adolescentes ha mostrado que hay que educar a los niños sobre tu fibromialgia. Si no se les explica, puede que se preocupan más. A veces los niños creen que son ellos los que han causado la enfermedad, por algún acto del que ni siquiera somos concientes. Su imaginación es muy activa. Si no les preguntamos qué sienten o piensan, puede que no nos lo cuentan. Los niños a menudo se preocupan si una enfermedad puede causar la muerte de un pariente. Si les explicamos a un nivel que pueden comprender la manera en que te afecta la fibromialgia, puede que se alivien sus miedos y preocupaciones.
También es importante que encuentres tiempo para gastar con tus hijos. Tu fatiga y dolor pueden impedir poder hacer juntos actividades físicas, pero hay otras muchas cosas agradables que se pueden hacer con niños sin mucho esfuerzo por parte tuya. La mayoría de niños jóvenes e incluso los adolescentes disfruta de los juegos de mesa, como el ajedrez o el monopoly. Esto también es una actividad de la que puede disfrutar toda la familia. Leer un libro a los niños antes de acostarse no te requiere mucho esfuerzo y hace mucho para mejorar vuestra relación. Ver juntos una película puede ser agradable, pero he comprobado que os acercarán más las actividades en las que interactúas de manera más personal con tus hijos.
Es extremadamente importante que no dependas de tus hijos como apoyo emocional. Les podría causar problemas en el futuro. Aunque sí les puedes pedir ayuda para las actividades físicas que no puedes llevar a cabo, por favor no exageres, ni les pidas más de lo que pueden manejar. Ten en cuenta su edad y capacidades.
Un niño de cinco años puede hacer tareas como vaciar el lavavajillas, poner la mesa o vaciar pequeñas bolsas de basura. Los niños más grandes pueden hacer más. Los pequeños pueden recoger sus propios juguetes. Una vez más, si tienes problemas con tus hijos, el asesoramiento puede ayudar.

No tengas miedo de pedir ayuda

Los pacientes con fibromialgia a menudo son reluctantes a la hora de buscar asesoramiento para ayudarles a manejar el impacto emocional de su enfermedad. Muchos están hartos y cansados de oír decir que todo está en su cabeza, y aceptar para ver un consejero siente como admitir que eso es cierto. Al otro lado, pueden tener un poco de miedo que sus síntomas si son realmente psicológicos. O pueden tener miedo que el asesor les culpa de sus síntomas “y, desafortunadamente, esto ocurre ocasionalmente. Hay por allí algunos asesores que insisten en el pensamiento erróneo que la fibromialgia es una enfermedad puramente emocional. Por este es importante buscar la ayuda de un terapeuta conocedor que tiene experiencia en el manejo de los problemas de la gente que sufre fibromialgia.

Lo que ayuda:
  • La terapia cognitivo-conductual- limitada en el tiempo, no en la profundidad – 70% de mejoría cuando se utiliza en conjunto con otros tratamientos y mejor que solamente la medicación
  • Cambiar en positivos los patronos negativos de pensamiento y comportamiento
  • Manejo del estrés – meditación, técnicas de relajación, respiración apropiada
  • Biofeedback
  • Educación
  • Equilibrio, actividades de acompasamiento
  • Evitar las relaciones y las actividades tóxicas
  • No exagerar
  • Actitud positiva / aceptar tus limitaciones/ estar contento con lo que se tiene
  • Buscar apoyo en profesionales de la salud conocedores
  • Escribir tus pensamientos y sentimientos
  • Ser conciente de lo que te dice tu cuerpo
  • Hacer al menos una vez al día una cosa que te gusta y aprender a decir que no
  • Cuidar los brotes cuando comienzan – tener preparado un plan
  • Evitar el aislamiento unirse a un grupo de apoyo
  • Cambiar el perfeccionismo no puedes hacer todo
  • Buscar ayuda no es un signo de debilidad
  • El paseo del bienestar se camina mejor cuando no se hace solo.
  • Repetir a menudo la oración de la serenidad
Enviado por AFITEN

Oración de la Serenidad

Nuestra Biografía Hace Nuestra Biología


Autora Caroline Myss,Ph.D.

LA CURACIÓN DEL CUERPO LLEGA A TRAVÉS DEL ALMA


Tarde o temprano todos los seres humanos enfermamos, y el dolor reduce nuestra capacidad para el trabajo y el placer, llegando incluso a arrebatarnos la vida. 

Sin embargo pocas son las personas conscientes de que la enfermedad aparece cuando malgastamos nuestra energía permitimos que nos la roben o la encarrilamos hacia objetivos erróneos. 

Comprenderlo así nos abre el camino de la autocuración, un milagro posible si interpretamos las dolencias del cuerpo como lo que lo de verdad son: expresiones de un malestar espiritual que SI tiene curación. 

Los miedos, las fobias, la falta de autoestima o el afán excesivo de control pueden tener repercusiones físicas insólitas y de difícil diagnostico, que solo podemos resolver aprendiendo a mantenernos en contacto con nuestro YO más hondo.

Aprender el leguaje del sistema energético humano es un medio para comprendernos a nosotros mismos, un medio para salir airosos de estos retos espirituales. 

Al comprender la anatomía de la energía identificara las pautas o modalidades de nuestra vida, y la profunda interrelación que existen en el funcionamiento de mente, cuerpo y espíritu. 

Este conocimiento propio nos proporcionara placer y paz mental, y al mismo tiempo lo conducirá a la curación emocional y psíquica.

Nos rodea una energía emocional generada por experiencias interiores y exteriores, tanto las positivas como las negativas. 

Esta fuerza influye en el tejido físico interno del cuerpo. 

De esta manera, la biografía de una persona, es decir, las experiencias que conforman su vida, se convierte en su biología.

LA BIOGRAFIA SE CONVIERTE EN BIOLOGIA

Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos y versos, línea a línea, de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida. 

Un miedo, por ejemplo, activa todos los sistemas corporales, el estomago se tensa, el ritmo cardiaco se acelera y tal vez el cuerpo comienza a sudar. 

Un pensamiento amoroso puede relajar todo el cuerpo

Todos tenemos sentimientos negativos, pero no toda aptitud negativa produce enfermedad. 

Para crear enfermedad, las emociones negativas tienen que ser dominantes, por ejemplo, una persona puede saber que debe de perdonar a alguien, pero decide que continuar enfadada le da mas poder. 

Continuar obsesivamente enfadada la hace más propensa a desarrollar una enfermedad porque la consecuencia energética de una obsesión negativa es la impotencia. 

La energía es poder, y transmitir energía al pasado pensando insistentemente en acontecimientos penosos resta poder al cuerpo, (o sea lo debilita) y puede conducir a la enfermedad. 

El poder (que nos da la energía) es esencial para sanar y para conservar la salud. 

Las aptitudes que generan sensación de impotencia no solo conducen a una falta de estima propia, sino que también agotan la energía del cuerpo físico y debilitan la salud en general.

EL PODER PERSONAL ES NECESARIO PARA LA SALUD

Muchas personas desarrollan una enfermedad cuando pierden algo que para ellas representa poder, como dinero, un trabajo o cuando pierden a alguien a quien han investido de poder o de su identidad, como el cónyuge, un progenitor o un hijo. 

Nuestra relación con el poder está en el núcleo de nuestra salud. 

Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que el paciente tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interna y recursos emocionales, como por ejemplo, creer en su autosuficiencia. 

Es necesario tomar consciencia de lo que nos da poder. 

La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos.

LA PERSONA PUEDE SANARSE SOLA


Curación total y cura no son lo mismo. 

Se produce una "cura" cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad. 

Curar una enfermedad física, sin embargo, no significa necesariamente que se haya aliviado también el estres emocional y psíquico que formaba parte de ella. 

En este caso es muy posible, y con frecuencia probable, que la enfermedad reaparezca.

El proceso de la cura es pasivo, es decir, el paciente se inclina a ceder su autoridad al médico y al tratamiento prescrito, en lugar de desafiar activamente la enfermedad y recuperar la salud. 

La curación en cambio es un proceso activo e interno que implica investigar las aptitudes, los recuerdos y las creencias con el deseo de liberarse de todas las pautas negativas que impiden la total recuperación emocional y espiritual.

Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce a centrar más la atención en lo positivo que en lo negativo, y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad.

LA CONSCIENCIA Y SU CONEXION CON LA CURACION

Durante las cuatro últimas décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en la salud, nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal. 

La depresión, por ejemplo, no solo afecta a la capacidad de sanar, sino que deteriora directamente el sistema inmunitario. 

El enfado, la amargura, la rabia y el resentimiento obstaculizan el proceso de curación, o lo impiden totalmente. 

La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin ese poder interior una enfermedad suele salirse con la suya.

LA CONSCIENCIA Y LA MUERTE 
¿Significa esto que las personas que no se curan no han conseguido ampliar su conciencia?, NO, en absoluto. 

Morir no significa no haber sanado. 

La muerte es una parte inevitable de la vida. 

La realidad es que muchas personas si se curan de sus tormentos emocionales y psíquicos, y por lo tanto mueren "sanadas".

Al igual que nacemos en el momento idóneo para que nuestra energía entre en la tierra, también hay un momento idóneo para dejar la tierra. 

No tenemos que morir con dolor y enfermedad. 

La mente consciente es capaz de liberal el espíritu del cuerpo sin tener que soportar el dolor del deterioro físico. 

Esta elección la podemos tomar todos.

Tomar conciencia significa cambiar las reglas según las cuales vivimos y las creencias que conservamos. 

Nuestros recuerdos y aptitudes son literalmente las reglas que determinan la calidad de vida y la fuerza de los lazos con los demás.

¿PUEDEN SER CURADAS TODAS LAS ENFERMEDADES?
Si, por supuesto, pero eso no quiere decir que todas las enfermedades van a ser curadas. 

A veces una persona tiene que soportar una enfermedad por motivos que le servirán para afrontar sus miedos y su negatividad. 

Y a veces a una persona le ha llegado la hora de morir. 

La muerte no es el enemigo, es el miedo a la muerte.

Resumen del libro "ANATOMIA DEL ESPIRITU.

Autora Caroline Myss,Ph.D.

Fuente:

Agradecimientos a CB por compartir este mensaje.

Fibromialgia: la enfermedad silenciosa


Equipo Salud Actual

La fibromialgia es una enfermedad que tiene como síntoma prominente la soledad. Las razones de por qué se llega a esta aún no se encuentran totalmente claras. Sin embargo, la trasteza, melancolia profunda y permanante son síntomas que ayudan a determinarla.

Las causas de la enfermedad.

Por alguna razón desconocida, el organismo reaccionó frente a un peligro que llamaremos noxa. Esta noxa puede ser un trabajo exigente y extenuante, una desilusión grande, una pena inconmensurable, castigos físicos durante la niñez, medicamentos para bajar de peso, enfermedades virales; plomo, benceno y pesticidas suspendidos en el aire ambiente; tener esperanzas desmedidas en alguien o en algo, creer que las personas que queremos son mejores de lo que después apreciamos, creer que los hijos son una esperanza de compañía o de solaz.

Cualesquiera de estas noxas, por persistencia o por mal manejo de la realidad, van produciendo desgaste de algunas substancias a nivel cerebral, y al disminuir la concentración de éstas se altera la respuesta defensiva del organismo. Esta respuesta anómala, que en algunas personas puede deberse a trastornos genéticos, afecta los vasos sanguíneos, las articulaciones, los músculos, los nervios superficiales y la piel.

El ánimo

Pareciera que estas substancias al comprometer algunas zonas del cerebro, reducen la concentración de óxido nítrico. Esta estructura química es un neurotransmisor y al disminuir su concentración, la información que cada célula cerebral entrega a otra o es errónea o se retarda. De este modo, pueden aparecer múltiples síntomas.

Es necesario recordar que los/as pacientes pueden tener todos los síntomas, algunos de ellos o muy pocos y que la cantidad de síntomas no habla de severidad de la enfermedad. En otras palabras, un paciente puede presentar escasos síntomas y está igual de afectado que aquél que tiene gran cantidad de molestias.

Algunos síntomas de la fibromialgia son los siguientes:

Pánico
Secreción nasal alérgica
Visión borrosa
Temblores musculares
Cistitis
Desórdenes del sueño
Dolor de cabeza
Pérdida de pelo
Sensación de calor o de frío permanente
Dolores en los ganglios
Dificultad para respirar
Suspiros frecuentes
Palpitaciones
Fobia a la luz
Dolores pre-menstruales
Dolores quemantes en brazos y piernas
Pérdida de sensibilidad
Disminución de fuerzas en las piernas
Mareos, alteraciones del gusto
Hormigueos alrededor de los labios


El significado de los síntomas.

La persona se entristece sin saber por qué o se angustia y con ésta aparece sensación de palpitaciones, calor o frío, miedo a morir, terror a salir a la calle, gran temor a enfrentar a las personas o al trabajo. Esta reacción así descrita se llama trastorno de pánico.

Tanto los síntomas ya descritos como los que se enunciarán a continuación, se acentúan en el período de la ovulación y en los días, siete u ocho, previos a la menstruación.

En un gran número de estos/as pacientes aparece, también, una marcada fobia social, franco rechazo a las personas, a las reuniones sociales, al grupo en general. Esta sensación de rechazo se aumenta notoriamente, porque la gente, los/as familiares y amigos/as, encuentran que los/as enfermos/as de la afección que comentamos \"se ven tan bien\" y los/as pacientes, que realmente se sienten mal, no se atreven, después de un tiempo en que se repite este proceso, a discutir y a reafirmar que aunque se vean bien, se sienten verdaderamente muy mal.

A veces, a media mañana, puede producirse franca mayor pérdida de fuerzas, sed de aire y transpiración profusa.

Y los/as enfermos/as, para no pasar por \"neuróticos\", por hipocondríacos o por desadaptados sociales, comienzan a guardar silencio, no dan a conocer sus síntomas y tratan de hacer física y mentalmente lo que les piden: cumplir con el trabajo, ir a fiestas, hacer deportes, acompañar a otros/as, oír quejas; en una palabra, continuar la comparsa de la vida.

Y los síntomas crecen porque la persona no los ha respetado; los ha escondido. Y siguen creciendo, produciendo una extrema fatigabilidad, cansancio que crece conforme avanza el día.

Ya se nota la enfermedad hincando las garras y el paciente, no pudiendo más, se niega a salir, disminuye su capacidad de trabajo, baja su rendimiento, se afecta la memoria y los sentimientos de amor pueden ceder paso a sentimientos de fastidio contra el núcleo familiar, esposo/a e hijos/a, amigos/as y compañeros/as de trabajo.

Surge una angustia tan intensa, que el paciente aprende a tenerle miedo; en otras palabras, aparece miedo del miedo.

La angustia acompañante hace desaparecer el apetito sexual y se produce consecuentemente, la negación de una relación amorosa ante los requerimientos del cónyuge.

Muchos pacientes, para vencer la carga angustiosa, salen a comprar y, a veces, compran sin necesitar lo que han adquirido en el comercio.

Después ya viene otro cortejo de síntomas que no hacen sino asustar más al/a enfermo/a:

Hinchazón de la cara, de las manos y del cuerpo.
Oleadas de dolores como quemantes o punzantes.
Dolores de cabeza como miles de agujas que se entierran en el cráneo.
Sensibilidad del cuero cabelludo que hacen pensar a quienes sienten esas molestias, en que puede sobrevenir un ataque cerebral, una parálisis.

Y vamos de doctor en doctor.
Al/a cardiólogo/a, por las palpitaciones y el dolor de pecho.
Al/a neumólogo/a, por el ahogo, por los suspiros frecuentes.
Al/a nefrólogo/a, por las hinchazones.
Al/a neurólogo/a, por los dolores raros.
Al/a hematólogo/a, por la palidez y la anemia.
Al/a psiquiatra por el pánico y la angustia \" y porque todos en la familia creen que estoy mal de los nervios\".
Al/a gastroenterólogo/a, por diarreas que vienen de repente o por los dolores de estómago que hacen sospechar la aparición de una úlcera.
Al/a reumatólogo/a, por los dolores de las articulaciones.
Al/a psicólogo/a, por las malas relaciones conyugales o con los/a hijos/as.
Al cura, porque desaparecieron los deseos de orar.

Y todos le dicen al/a paciente, lo que no tiene: no tiene enfermedad del corazón ni de los riñones ni reumatismo.

Aparece, finalmente, la sensación de sobrar en el mundo, de no tener lugar entre los sanos, ni en la familia, ni con los/as amigos/as.

El enfrentamiento personal de la enfermedad.

Ya he explicado la enfermedad. Quiero, ahora, decir ciertas cosas necesarias para la tranquilidad del paciente, para que no tenga miedo. Esta afección no mata. Molesta, es cierto; pero no mata.

La enfermedad descrita puede convertir la vida del que la sufre, en un infierno, si el paciente se deja dominar por ella.

Es importante que no se le haga el juego al síntoma.

¿ Como?

Sabiendo que cada síntoma tiene clara explicación y que no significa nada especialmente grave.

Las explicaciones son las siguientes:

1. Dolores de articulaciones, músculos, ligamentos; dolores a nivel de las caderas o en la zona baja de la espalda y entre las escápulas.

 Se deben a inflamaciones de las articulaciones o a la aparición de nódulos bajo la piel. Estos nódulos son lesiones de la grasa subcutánea que aparecen a consecuencia de la estrechez o de la obstrucción de un pequeño vaso sanguíneo. Este hecho, la obstrucción del vaso sanguíneo, provoca la formación de dicho nódulo y la respuesta dolorosa es la propia del nervio que quedó atrapado en dicho proceso. Este nervio sólo sabe responder de una sola forma y es con un dolor quemante, o como miles de agujas o como hormigueos dolorosos. Esta explicación vale también para el cuero cabelludo, donde aparecen dolores que provocan miedo a que se produzca un ataque cerebral. Esto, jamás será posible, porque el proceso inflamatorio se ubica fuera del cerebro; nunca en su interior.

2. Hinchazón del cuerpo.

 Esto se llama edema y se explica porque el organismo produce una hormona que retiene sal y agua, a veces por horas y a veces por días. Y esto no tiene significación alguna. No quiere decir que los riñones estén funcionando mal. Sólo quiere decir lo que acabo de explicar y ello no debe ser tratado con diuréticos. Estos medicamentos sólo aumentarían el edema.
En muchas ocasiones el edema se acentúa en el período previo a la menstruación y ello se explica porque las hormonas femeninas en dicha fase del ciclo retienen sal y agua. Nada más.
Es preciso, no angustiarse por el edema ni tratar de disminuirlo. Poco a poco irá pasando. Si los/as amigos/as o los familiares le dicen al/a enfermo/a, con esa buena voluntad que les caracteriza: ¡ Ay, qué hinchado/a estás!, no se les debe escuchar. Sonría.
No se va a hinchar más porque descubrieron su edema.
No tiene magia la palabra de nadie.
No tolere que la palabra de las personas le haga daño.
Si por algún motivo el/la paciente se asusta, se produce casi de inmediato una respuesta llamada stress y sus glándulas producirán más adrenalina y cortisona y tendrá más palpitaciones, angustia y retención de sal y agua.
La persona aquejada por esta afección no debe tolerar jamás que la palabra de otro viole su intimidad fisiológica.
Para ello, basta con oír sin tener miedo y saber que ninguna palabra puede dañar a nadie.
Por supuesto que los/as muy queridos/as e inocentes amigos/as del/a enfermo/a, le dirán que tiene que ir al/a médico/a, al/a nefrólogo/a, al/a cardiólogo/a, al/a endocrinólogo/a.

En cuestiones de salud: ¿ Se puede creer que los otros se preocupan sinceramente, sin morbosidad?

3. Síntomas de media mañana: sudoración, palpitaciones, angustia, mayor cansancio.

 Estos se deben a que en la afección que aqueja al paciente, se produce una hipoglicemia reactiva, vale decir, baja la cantidad de azúcar en la sangre. Ello no es peligroso. No produce daño alguno y se puede disminuir el problema no comiendo azúcar al desayuno.
No. No me he equivocado. No comer nada dulce al desayuno será suficiente y se podrá comprobar que casi desaparecen todos esos molestos síntomas.

4. Fatigabilidad. Cansancio. Desgano.

 Es un síntoma cardinal, importante, comprometedor. El cansancio o fatigabilidad es de tal naturaleza que desde la mañana, aún a pesar de haber dormido bien, se amanece con la sensación de estar muy cansado. A veces, sin saberse por qué, en el curso del día, este cansancio puede desaparecer y dar paso a sensación de bienestar y el paciente suele comunicar este bienestar a la familia. Y se hacen panoramas para más tarde, incluso asistir a una reunión social. Pero, así como vino, ese sentirse bien desaparece, y vuelve el cansancio. Y con él, el desagrado por cualquier cosa agradable o no que haya que hacer.

Como un rayo entonces, se descarga sobre el/la paciente la crítica, se le dice que es egoísta, que no quiere compartir con la familia, que si tiene problemas por qué no los cuenta, en fin, crítica acerba. Esta crítica hace sentirse culpable al/a enfermo/a y éste/a puede obligarse a cumplir con los compromisos contraídos, con lo cual se acentúa el cansancio, o decide marginarse del grupo o de la persona con quien se comprometió. Si esto se repite, como sucede con frecuencia, el/la paciente va siendo apartado del contexto social y se le niega comprensión y se le dice que está neurótico/a.

Entra a jugar aquí un hecho fundamental en la crítica: se le hace notar al/a paciente que no puede estar tan enfermo, porque su aspecto es saludable. Y el/a paciente, que realmente se siente muy enfermo, vive la más absoluta soledad. En definitiva, parece un/a mentiroso/a, un/a simulador/a.

Esta situación es tan insostenible, que el/a paciente puede quebrarse emocionalmente, acentuar brutalmente su angustia y su pánico y reactivar una seria depresión o algunos elementos depresivos como la falta de concentración, la falta de memoria, el desinterés general por todo, y la tendencia al aislamiento. Por cierto, el stress altera la respuesta del organismo y se acentúa la fatiga y el dolor de cabeza; reaparecen los hormigueos y las palpitaciones, sobreviene visión borrosa e, incluso, puede aparecer mayor edema al día siguiente en forma de ojos hinchados.

El significado del amor. La familia y la enfermedad.

La incomprensión del grupo familiar o de los amigos hace un daño muy grande en estas personas. Un daño que, en ocasiones, puede ser irreparable.

Es preciso luchar fuertemente contra esta particular agresión a un/a paciente haciendo un esfuerzo por superar el problema tanto el/la paciente como la familia. Para ello es necesario preguntarse por las razones por las cuales un grupo familiar o el/la cónyuge, pueden agredir a estos pacientes.

La conducta de disgusto frente al/a enfermo/a con Fatiga Crónica o con Fibromialgia, parte de un hecho esencial: el egoísmo.

Tanto el/la cónyuge como los/as hijos, tienen la sensación de ser poseedores de derechos sobre el/la paciente y, como tal, estos \"derechos\" les dan la seguridad de que sus caprichos o sus deseos tienen que ser satisfechos por esta persona que, otrora, los satisfacía y ahora no. Dado que el/la paciente parece sano, las quejas de él no pasan de ser una nadería y conforme a este pensamiento las personas se sienten, a su vez, agredidas por el/la enfermo/a quien, no cumpliendo con las expectativas que la familia o el/la cónyuge tenían de él/ella, se convierte en un ser desagradable, molesto.

Esta enfermedad, que mantiene al/a paciente con saludable presencia mientras lo erosiona y lo muerde por dentro, pone en entredicho lo que decimos que es amor.

Si pensamos un poco, amar es verse en el/la otro/a.

En este marco, amar al prójimo como a uno mismo/a es la medida del amor, amor generoso, comprensivo, que todo lo perdona, que es paciente...

¿ Cómo pueden decir los/as hijos/as o el/la cónyuge de este/a paciente que lo/a aman si no creen en él/ella, si no creen que sus dolores son ciertos y no psicológicos o inventados; si no creen que verdaderamente no tiene fuerzas para salir a una reunión social ni para dar mamadera a un/a bebé o disponer el orden de una casa?

Esta enfermedad, por tener las características que ya definimos, es un desafío al amor.

El grupo familiar, molesto por lo que sucede con el/la paciente, debe cavilar acerca de su conducta frente al/a enfermo/a y volver a amar cada día, en el dolor, a ese ser que tiene este grado de incapacidad para acompañar a los suyos como lo hacía antes.

De otro modo, esta afección puede destruir la relación familiar tanto a nivel matrimonial como en el que respecta a los/as hijos/as.

Es urgente y perentorio que la familia, los hijos y el cónyuge sepan que el/a paciente:

1. Los ama, pero no tiene fuerzas para hacérselos sentir.
2. Los quiere ayudar, pero no tiene ánimo para ello.
3. Los quiere acompañar, pero la enfermedad se lo impide.
4. Les quiere evitar sufrimientos y oculta sus dolores o angustias todo lo que puede.

Bueno es pues, discutir entre todos, en el marco del amor, la totalidad de los problemas que han ido surgiendo en el núcleo de la familia a consecuencia de la enfermedad y del egoísmo del grupo, y reconocer que es preciso respetar la individualidad de cada uno/a sin invadirse unos/as con otros/as ni pensar que éste/a o aquél/lla son los/as culpables de mi problema o de mi dolor o de mi fracaso.

Cada uno/a debe asumir su propia responsabilidad en su existencia y tomar para sí sus propias obligaciones con el/la otro/a, sin culpar a ese/a otro/a de que tenga yo que cumplir ciertos cometidos con él/ella. De otro modo, no estoy amando; sólo estoy queriendo, vale decir, te quiero mientras cumplas con mis expectativas. Si no las cumples, no te quiero.

El amor es absolutamente lo contrario.
Te amo como eres, cumplas o no las esperanzas que deposité en ti.
No amo mis esperanzas; te amo a ti.
Te amo a ti, no a tu salud, no a tu cuerpo, no a tu risa.
Te amo, porque sí.
Porque soy yo en ti.
Si te amo a ti y no a mis esperanzas, entiendo que quieres acompañarme, pero que no tienes energía para eso. Entiendo que me amas, pero no puedes expresarlo físicamente. Entiendo que quieres que yo sea feliz, pero no puedes hacer el esfuerzo.
¡Pero si yo te amo!.
No tienes que hacer ningún esfuerzo para que yo te ame.

Aceptar la enfermedad.

¿Qué pasa, querido/a paciente o querido/a enfermo/a?
Sí. Tiene esta enfermedad, es cierto.
¿ Y qué?
En mis comienzos como médico, no me gustaban los muñones; les tenía distancia, tal vez desagrado.
Un día, me impuse la tarea de tocar uno, suave y lentamente. Acariciarlo.
Y todo desagrado desapareció casi de inmediato.
Tiene, Usted, una enfermedad que es como un muñón: desagradable.
Abrácela.
Acéptela.
No le hará daño. El daño vendrá cada vez que la rechace o se asuste de ella.
O cada vez que se avergüence de ella.
Muestre su muñón.
Si Usted se ama abrazará a su muñón.
Quien lo ame, también.

El problema de la muerte.

La enfermedad a que me estoy refiriendo, no es mortal, no tiene relación alguna con la enfermedad de Alzheimer ni con la arteriosclerosis; no tienen nada en común, y las evoluciones de estas dos últimas son absolutamente diferentes a la de la Fibromialgia o Fatiga Crónica.

Muchos pacientes han preguntado por la muerte. Algunos tienen lo que podría llamarse el germen de la muerte y viven esperándola o deseándola sin tener depresión. Esto es muy importante, porque los depresivos piensan en la muerte como una alternativa de solución a sus problemas. En cambio, los pacientes que sufren de Fatiga Crónica o de Fibromialgia, tienen lo que he llamado el germen de la muerte como un acompañante consciente de la propia existencia sin temerla ni anhelarla con obsesión.

Cuando me pregunta alguien si va a morir, yo, simple ser humanodedicado a la Medicina, sólo puedo contestarle que sí, que eso es lo único seguro que tiene el ser humano.

Pero esta enfermedad, no es mortal. Es desagradable, molesta, ingrata, humillante, pero no mata.

Cuando un paciente tiene una enfermedad mortal y me pregunta cuándo se va a morir, yo le contesto: dime, ¿ cuándo moriré yo?.
Y me replica: pero si estás sano y yo enfermo; yo moriré primero.
Y entonces le vuelvo a decir que el momento de la muerte sólo lo conoce Dios y que una enfermedad no es necesariamente la causa de la muerte que se le puede adjudicar a ella y que un sano, puede morir antes que un enfermo.

Creo necesario decir que no es bueno temerle a la muerte. Antes bien, debe vivirse como si fuéramos a morir mañana, para que cada acción de nuestra existencia tenga el valor que imprime el amor por el otro, el cuidado y respeto por el otro. Vivir como si no fuéramos a morir jamás y hacer proyectos para años más con desusada seguridad es una falta de respeto a a la vida y demostración de palmaria soberbia.

Consideraciones Particulares.

El deporte, en períodos de actividad de la enfermedad puede ser peligroso, porque acentúa la afección, los dolores, la fatiga extrema y la angustia.

En períodos de bienestar no hay problemas con una caminata tranquila de 30 a 40 minutos o con una suavísima gimnasia. El baile, con lo agradable que pueda ser, si es excesivo, puede dejar problemas de reactivación de la enfermedad por semanas. Lo mismo puede decirse de las trasnochadas gratas o ingratas, del excesivo horario de trabajo, de la falta de mesura en la comida y la bebida. En una palabra, todo debe ser moderado.

Cuando se produce falta de aire debe respirarse en una bolsa chica de plástico que se coloca alrededor de la nariz y boca, de modo de respirar por 30 a 40 segundos, el mismo aire que sale de los pulmones.

En el caso de intervenciones quirúrgicas, al día siguiente de ellas, el médico debe reponer todo el tratamiento para prevenir una crisis.

En relación a la alimentación debiera usarse frutas y verduras en abundancia, pocos azúcares, pocas harinas y pocos dulces; evitar el alcohol y los medicamentos para adelgazar y ser moderado con las carnes.
Pareciera que la enfermedad no tiene relación con los partos, pero a los dos meses de lactancia, y probablemente por las trasnochadas, puede haber reactivación de esta afección.

La Fobia Social.

La fobia es una aversión a una persona o cosa. En el cuadro de la Fatiga Crónica o de la Fibromialgia es un síntoma que suele ser relevante.

Yo sé que hace daño que a uno le digan que está muy flaco o muy gordo; que lo acosen diciendo que no haga caso de los síntomas, porque \"son los puros nervios\"; que lo inviten a una fiesta, \"porque con eso te sentirás mejor\"; que le busquen un amigo o una amiga, porque eso es lo que a uno le falta.
Yo sé que es difícil escuchar los problemas que plantean los/as amigos/as o los/as familiares, porque mientras ellos/as hablan, la angustia está mordiendo al/a enfermo/a.

No hay cómo luchar contra la fobia social. Y no es un problema sólo del/a paciente; lo es también, porque las personas que lo/a rodean lo/a acosan, lo/a hieren; yo sé que con buena intención, pero lo/a hieren y esa experiencia la persona afectada la va sufriendo repetitivamente con los/a que lo/a rodean.

Yo no sé cómo decirles a los/as hijos/as, al/a cónyuge, a los/as amigos, que realmente el/a enfermo/a está enfermo/a, que no está inventando, que lo/a respeten, que no le den consejos que produzcan dolor. Las gentes parecen tener buenas intenciones cuando expresan algo.
Yo creo que no.
Cuando las personas se enfrentan a algo que sobrepasa su entender o que les da miedo, niegan el problema: \"no, no estás enfermo. Son los nervios\". O bien : \"haz esto o lo otro. Así te mejorarás, aunque hacerlo te provoque mayores problemas\".
Total, con el consejo, cada cual se siente liberado de su propia responsabilidad.

La fobia social, al menos aquella que despiertan los/as familiares o amigos/as o compañeros/as de trabajo, se puede vencer haciéndose respetar en la enfermedad.

Esta enfermedad merece la comprensión de los otros.
Merece ser creída.
Y volvemos al amor:
Si lo/a quieren sano y le/a ponen en el leprosario social por estar enfermo/a, que lo digan de una vez: no lo/a aman; sólo lo/a quieren para que cumpla lo que esperan de Usted.
Lo curioso, es que no les mueve a cumplir lo que Usted espera de ellos: respeto, comprensión, compañía, sentido solidario.

Puede ser que la fobia social haya ido naciendo de tantas y tantas frustraciones a través del tiempo.
Puede ser que haya nacido porque no se espera nada de los otros. Sin embargo, quiero afirmar que lo que verdaderamente importa es que el/a paciente tenga la entereza de que los/as otros puedan contar con él/ella, aunque tenga la certeza de que, como enfermo/a, no cuenta él/ella con ellos/ellas. Más aún, que cuenten con el/a enfermo/a sabiendo éste/a, que le dirán las mismas pequeñeces de siempre.

Una vez que la persona enferma sea capaz de resistir lo ordinario, lo común, el egoísmo, lo soez incluso, y haya aprendido a que las palabras no le hagan daño, estará en condiciones de tener menos fobia social.
El muñón no es sólo la enfermedad.
El muñón es también el que califica al/a enfermo/a de neurótico/a o de simulador/a.
Abrácelo/a.
Compréndalo/a.

Lo que le sucede es que muchos individuos no saben cómo ayudar a estos/as pacientes y es más cómodo que el/a enfermo aparezca sano ante sus ojos. Así no tiene que reconocer su propia debilidad, la debilidad de no atreverse a tender la mano sin esperar nada a cambio.

Pero, lo peor que puede suceder, y ocurrirá tarde o temprano, es que la gente diga:
\"¿ Y qué enfermedad es esa? Nunca he oído nada acerca de ella y he hablado con médicos/as amigos/as y me han dicho que tampoco la conocen\".
Como no la conocen, no existe. Si no existe, el/a doctor/a está inventando un diagnóstico.
El/a doctor/a está mintiendo.
Siempre el/a médico/a aceptará el riesgo de aparecer mentiroso/a ante los demás, siempre que el/a paciente lo/a ayude a ayudarlo/a y crea que no tiene otra intención que la de servirle.

La enfermedad y el trabajo.

Una de las actividades esenciales que crea más dificultades a las personas que sufren de Fatiga Crónica o de Fibromialgia es el trabajo.

Es muy doloroso para estos/as pacientes sentir que tienen una disminución ostensible de la capacidad de trabajo, que tienen memoria frágil, dificultades en la concentración, fácil fatigabilidad, irritabilidad a medida que pasan las horas. En una palabra, se sienten venidos a menos.

Lo habitual en nuestros lugares de trabajo es que exista una especie de espionaje entre trabajadores/as, midiendo cada uno/a la cantidad y calidad del trabajo que hace el/a compañero/a. Esta conducta provoca en el/a paciente, a corto plazo, la sensación de que lo/a están calibrando, evaluando. Tal hecho, produce mayor angustia y el/a enfermo/a trata de trabajar más, aún quedándose horas extras. Todo este accionar produce mayor fatiga y, por cierto, no mayor producción.

El/a paciente se avergüenza de sí mismo, mira cómo corren las horas y no hace gran cosa y sube a niveles intolerables, la fatiga, y sobrevienen crisis de pánico.

Se suma a lo anterior el hecho de que siempre hay alguien que quiere el puesto del/a paciente y, por allí, surgen las críticas, los sinsabores, las frustraciones. El/a paciente comienza a aprender que no eran tan buenos estos/as compañeros/as de trabajo; que no eran tan comprensivos.

Y viene el calificativo de flojo o de hipocondríaco hacia el/a enfermo/a y su lugar de trabajo lentamente se va convirtiendo en un infierno.

Como nosotros usamos nuestro trabajo para nuestra propia vanagloria, sufrimos si nos damos cuenta de que no alcanzamos ese cometido. En la práctica, estamos presos de los/as otros/as, trabajamos para que otros/as nos halaguen.
En otras palabras: si un hijo le regala a su papá/mamá una figurita, en el día del onomástico, y el padre o la madre sabe el esfuerzo que en ello ha empeñado su hijo/a, porque lo ha visto trabajando día a día la arcilla con sus torpes manitos, por cierto que recibe el regalo de ese trabajo con honda ternura.

Cuando entendamos esta situación, valoraremos el trabajo de la otra persona que labora a nuestro lado y lo/a respetaremos siempre.

Fibromialgia y Matrimonio. Los hijos.

Para los/as pacientes con Fatiga Crónica o con Fibromialgia, resulta muy difícil la vida matrimonial, porque se encuentran con la incomprensión del/a cónyuge.
Y es así.
Es obvio que el/a cónyuge exige los derechos que le confiere el estado matrimonial, pero no piensa en sus deberes. Y no piensa en ellos, porque cree que la enfermedad de su mujer o de su esposo es una nadería, una especie de capricho nacido quizás por qué. Y está profundamente equivocado/a, porque en realidad, la enfermedad del consorte produce un ambiente de notable dificultad a la interrelación de los esposos.

Entre estas dificultades destacan:

1. Extrema fatigabilidad del/a paciente que obliga a éste/a a desentenderse de los problemas de los otros, apareciendo como descortés o incluso como desaprensivo/a.
2. Irritabilidad que provoca reacciones desmesuradas frente a dificultades habituales.
3. Disminución de la libido o del deseo sexual, que produce frialdad y no receptividad o rechazo hacia el/a otro/a.
4. Hipersensibilidad afectiva que hace que el/a paciente tenga una extrema necesidad de afecto, pero incapacidad de tolerar la ternura o el afecto del/a otro/a. Esta conducta contrapuesta ocasiona gran dolor moral y severa angustia en el/a enfermo/a.

Estas situaciones, que ocurren con desusada frecuencia ante esta enfermedad, merecen ser enfrentadas con la comprensión y la generosidad que da el amor. Por ello resulta indispensable que ambos cónyuges se renueven los votos de amor, amistad, compañerismo y entrega mutua y, a partir de este marco, puedan lograr los acuerdos siguientes:

1. La enfermedad del/a cónyuge no es un castigo para el/a otro/a. Al contrario, es poner en práctica el estar con el/a otro en la salud y en la enfermedad.
2. La medida del amor la dará la comprensión y tolerancia hacia el/a enfermo/a.
3. La palabra descuidada y el juicio ligero acerca de la afección que aqueja al/a paciente o menospreciar sus síntomas, deja una huella imborrable en éste/a y acentúa brutalmente su sensación de soledad o de sobrar en su hogar y en el mundo, y puede traer funestas consecuencias. Por ello, es imperiosa la delicadeza.
4. La comprensión hacia el/a paciente implica guardar silencio ante su silencio; ayudarlo/a en los quehaceres, aún en los más pequeños; no obligarlo/a a actividad alguna, agradable o no, si el/a paciente no la desea; no dejar de hacer aquellas actividades en las que el/a enfermo/a no quiere o no puede participar, porque esta actitud produce sentimientos de culpa en el/a enfermo/a. Estos sentimientos obligarán al/a paciente a hacer un esfuerzo por cumplir las demandas familiares y le ocasionarán mayor fatiga y aumento de sus síntomas.
5. La enfermedad del/a cónyuge no es un invento. Es cierta y es peligrosa para la estabilidad matrimonial si no se es maduro, vale decir, si no se acepta al paciente como está y se le obliga a simular estar sano. El/a paciente sabe que su enfermedad hace sufrir a su familia y ello es suficiente motivo de dolor para él/ella.

Los/a hijos/a merecen un capítulo aparte.

Generalmente los padres y las madres hacen lo que mejor pueden por sus hijos/as. Algunos/as dejan a un lado incluso su descanso por ellos/as, para enseñarles, ayudarlos/as en su vida escolar, participar en sus juegos o, simplemente, por darles más facilidades en el diario vivir.
Los/as hijos/as educados en familias \" sin problemas\", son parecidos a aquellos/as de familias que presentan dificultades entre los padres y las madres, alcoholismo, maltrato, brutalidad y abandono materno o paterno.

Los /as hijos/as vienen como son.

La vida familiar y la actividad escolar pueden modificar poco el carácter, la personalidad o el ser como se es de los/as hijos/as. De este modo, debiera existir un trato personal hacia ellos y no uno indiferenciado.

No tener claro esto es lo que ha llevado a tantos progenitores a tener esperanzas desmedidas en sus hijos/as y les exigen según sus expectativas: \" que sean lo que yo no pude ser; que trabajen donde yo no logré trabajar; que obtengan las calificaciones de excelencia que yo no fui capaz de obtener; que me respeten más de lo que yo respeté a mis padres \".

Estas expectativas van creando aprensión en los padres y en las madres cuando no son cumplidas por sus hijos/as y éstos van observando cómo se deteriora la relación con el padre o la madre por no ser fieles cumplidores de lo que se espera de ellos/as.

La aprensión crea ansiedad y la ansiedad genera conductas paternas o maternas que pueden llegar a ser injustas.

Y los/as hijos/as, sensibles a esta situación, cercados por el temor a las represalias o tristes por no ser capaces, aunque se esfuercen, de cumplir con las ilusiones de sus padres y de sus madres, comienzan a tener depresiones subclínicas, irritabilidad, somnolencia diurna, flojera, deserción escolar, inestabilidad emocional, animosidad al colegio, conductas reñidas con el respeto dentro del seno familiar, adopción de ídolos entre deportistas y artistas y, en fin, toda una gama de comportamientos que generan respuestas desmedidas en los padres y en las madres.

De una u otra manera, a causa del/a hijo/a, se producen roces entre el padre y la madre y, casi habitualmente, el padre, la madre y el/la hijo/a se distancian emocionalmente.

Nace así el primer germen de la violencia intrafamiliar.Y se multiplican las penas y puede nacer así, en la madre, en el/a hijo/a o en el padre, una Fatiga Crónica o una Fibromialgia. Para evitar, al menos esta situación, es necesario que los padres no esperen para sí mismos nada de sus hijos/a, pero deben asegurarles, en la medida de sus fuerzas, todas las posibilidades de desarrollo y exigirles según razones objetivas, según cumplimiento de metas reales para los muchachos y no para satisfacción familiar a expensas de los/a hijos/a.

Los golpes, los traumas psíquicos como el poner en ridículo a un/a hijo/a frente a sus hermanos/as o a sus amigos/as, el darles la sensación de abandono o de que son mediocres, crea en el/a hijo/a una frustración cuya oquedad la llenará el resentimiento y las conductas que se originan en este/a.

Las malas relaciones del matrimonio, fruto de estos problemas con los/as hijos/as, distancian afectivamente a los cónyuges y la depresión o la angustia subsecuentes, pueden hacer surgir la Fatiga Crónica o la Fibromialgia en cualesquiera de los padres, como respuesta al trastorno inmunológico secundario al desgaste emocional que permite una gran alteración en el sistema defensivo del organismo.

El respeto a la persona del hijo/a como ser único e irrepetible, asegurará el desarrollo armónico del/a muchacho/a.

Los/as pacientes con Fatiga Crónica o Fibromialgia, se quejan de que sus hijos/as no los/as entienden, que no respetan su enfermedad. El problema es que tampoco los entenderían si estuviesen sanos.

 No espere, querido/a paciente, que su enfermedad cambie a sus hijos/as. Este error, esta expectativa, sólo le traerá mayores sinsabores.

Por lo tanto, la enfermedad que lo/a aqueja deberá ser aceptada con todas las limitaciones que produce; respetada, para que la falta de moderación en todas las actividades vitales no la reactive o aumente y comprendida, para que el vivir no se convierta en una pesadilla.

Sin embargo, es necesario señalar que un/a paciente podría usar su enfermedad para obtener dividendos medidos en cuidado y en atención familiar. Es posible, pero poco probable. Esta afección es, de suyo, muy limitante y difícilmente un/a paciente logra convertirla en algo ganancioso, porque está impelido todo el tiempo a tratar de cambiar su imagen.

Esto último no deja de ser un error.

No se puede vivir para que los/as otros/as me acepten. Cada persona tiene su propio valor, valor de infinitud, y es esta concepción la que debe rescatarse en toda conducta humana. Nadie está obligado a satisfacer las expectativas de otro/a si con ello conculca su libertad o si ello le significa enfermar.

Por cierto, esta afirmación pasa siempre por el respeto a la libertad del otro y a la solidaridad con él/ella.

Fuente:

Hoy no puedo salir de la cama


Alguna vez han sentido ningún deseo de salir de la cama, ni tener ganas de hacer nada, como una sensación de desidia, aunque no se siente precisamente tristeza ni depresión?  Podríamos pensar que mas bien parece pereza, y definitivamente así es como los demás lo verían.  Pues, es importante saber que estos son síntomas clásicos de una depresión leve.  No hay que sentirse triste, deprimido o desesperanzado, para tener una depresión leve.  La depresión abarca un amplio rango de sensaciones, desde algunas muy ligeras y muchas veces poco perceptibles como un problema, pasando por inestabilidad del ánimo, hasta síntomas severos de depresión y pensamientos suicidas.

Por ejemplo, lo que a mi me pasa en particular es que no tengo fuerza para salir de la cama, no siento hambre, me siento aletargada, como si estuviera sedada, pero consciente, no tengo ánimos para nada, nada me provoca, ni si quiera encender la computadora, se que tengo cosas que hacer, pero no me importa postergarlas, puede ser que ni siquiera sienta demasiado dolor, pero no tengo fuerza ni voluntad para nada, me quedo en cama viendo tele y por lo general me paso todo el día entrando y saliendo de un sueño ligero (para luego estar toda la noche despierta!!!).  Cuando esto me sucede, es como si me viera mi misma desde afuera, porque casi no puedo creerlo, parece que yo fuera otra persona.  Si esto me ocurre de vez en cuando, lo considero un día de asueto, no lo pienso mucho y me tomo el día libre; pero si me pasa varios días seguidos, ya empiezo a analizar la situación.

Obviamente no hay que salir corriendo a comprar antidepresivos.  Hay muchas razones para sentirse así.  A mi me sucede, por ejemplo si tengo la presión baja o si no comí bien durante el día anterior, o si han pasado muchas horas desde mi última comida, o cuando he tenido otras enfermedades que usualmente producen debilidad al organismo.  Pero muchas veces estas circunstancias externas se juntan con la fatiga que generalmente sentimos cuando tenemos fibromialgia, y se produce esa sensación de aletargamiento y desidia; otras veces es el efecto residual luego de pasar por otra enfermedad que de por si impone estrés físico adicional a nuestro maltrecho cuerpo, como una fuerte gripe, bronquitis o infecciones varias; y otras veces simplemente se suma una depresión leve, que puede apachurrarnos por varios días.

Para algunas personas con fibromialgia podría resultar difícil recobrar el ánimo luego de episodios largos como estos, pero creo que hay varias cosas que uno puede hacer:

Primero que todo, analizar la situación: determinar si esta sensación o episodio es producto de factores externos ajenos a nuestra voluntad, como cambios en la presión arterial, un bajón de azúcar, algún medicamento que estemos tomando, otras enfermedades pasajeras, problemas económicos, problemas de otro tipo, etc.  Si este fuera el caso, entonces  podríamos pensar que una vez se haya eliminado el factor externo, deberíamos volver a la normalidad.  Sin embargo, sentirse de esta manera no puede ser considerado normal bajo ninguna circunstancia, por lo cual sería recomendable poner en práctica algunas acciones para contrarrestar la situación, como por ejemplo:

  • Proponernos una rutina diaria y cumplirla: programar para el día siguiente una tarea para realizar a cierta hora.  Empezar con una sola tarea para tener un enfoque realista, ya que si nos planteamos varias metas puede ser que no las logremos todas y entonces no habremos sentido el verdadero valor del esfuerzo.  Tenemos que obligarnos a salir de la cama para realizar esta tarea y cumplirla.  Una vez estemos fuera de la cama es probable que empecemos a sentir deseos de hacer otras cosas, pero hay que ir despacio para no extralimitarnos.  Conforme te vayas sintiendo mejor, puedes añadir mas tareas a tu rutina diaria, hasta volver a la normalidad.
  • Darse un baño largo con agua calientita, si tienes tina, tómate tu tiempo, sino una larga ducha.  Ojalá pudieras poner poner música dentro del baño, pero no muy suave, sino mas bien, música estimulante que te provoque bailar (recuerda que este no es un baño para relajarte); verás como sales sintiéndote revitalizada, con fuerzas y ganas de hacer cosas.
  • Durante este tiempo libre que te estás tomando (a la fuerza) estás postergando cosas, puedes aprovechar para escribir una lista de algunas cosas que te gustaría hacer o que recuerdas que tienes pendientes por hacer, ya sea en la casa, el jardín, el trabajo, con los niños, mandados que debes hacer, compras que debes realizar, ideas que se te ocurran, etc.  Cuando visualizamos todo lo que tenemos pendiente en conjunto, nuestro cerebro no puede seguir pensando “no importa, lo haré después, cuando tengas mas ganas”.  Verás que la lista te sale lo suficientemente larga como para que te den ganas de empezar a ponerle ganchitos a estas actividades pronto.
  • Si tienes alguien que pueda sacarte de la cama y llevarte a caminar, aunque sean unos 20 minutos, acuerda con esta persona para que a cierta hora (una hora en la que sepas que es mas probable que aceptes), te ayude a vestirte y te lleve a caminar.  Verás como el cambio de ambiente, respirar aire puro y estar con otras personas, te ayuda a despejarte.
  • Apaga la tele, abre las cortinas y las ventanas, que entre luz en tu habitación.  La luz le dice a tu cerebro que es hora de realizar actividades, de ponerte en movimiento, y si apagas la tele, no te queda nada mas que hacer, por lo que puedes aburrirte y salir de la cama. 
  • Hay que probar de todo, a cada persona le funcionan cosas distintas.  Es cuestión de ver que te funciona a ti y probarlo.  La meta es salir de la cama.

Sin embargo, si luego de analizar las circunstancias, nos damos cuenta de que en realidad no hay ningún factor externo que pudiera estar ocasionando este letargo, debemos evaluar como nos sentimos y como nos hemos estado sintiendo últimamente: si nos alteramos con facilidad o estamos muy sensibles, si nos sentimos amargados sin razón, o reaccionamos exageradamente ante situaciones que usualmente no nos hubieran afectado tanto, etc., entonces es justo pensar que podemos estar experimentando una depresión leve. 

Las depresiones leves también pueden ser consideradas como inestabilidad del ánimo.  Hay remedios naturales para esto, como la Hierba de San Juan por ejemplo (pero como todos los suplementos naturales debe ser tomado con precaución y en este caso particular por no mas de tres meses consecutivos).  Aunque mejor sería visitar al Siquiatra o Sicólogo para conversar al respecto y decidir si necesitamos tomar antidepresivos, o si ya los estamos tomando, determinar si es necesario ajustar la dosis o cambiarlos. 

Al conocernos y entender nuestros sentimientos y sensaciones, aprendemos a identificar cuando necesitamos buscar ayuda externa; a veces pensamos que no estamos tan mal y luego de hablar con un profesional del área, nos percatamos de que en realidad sí tenemos un problema tangible que requiere atención médica específica.  Los mas probable es que sea temporal, o esté ocasionado por el desgaste que produce la fibromialgia; ya que es lógico pensar que al experimentar tanto dolor y malestar de manera tan constante, mientras le hacemos frente a las exigencias diarias de la vida, estemos susceptibles de sentir depresión, por mas fuerte que nos consideremos; y esto no debe causarnos ninguna vergüenza. 

Nuestra fortaleza proviene de nuestro corazón y nuestra determinación para seguir adelante; pero no estamos hechos de piedra, tenemos derecho a ser vulnerables, a sentir debilidad y necesitar de otros.  Esto es lo que constituye al ser humano. Que tengan un Bendecido Fin de Semana!

Fuente:

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