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5 Ejercicios Fáciles Para Hacer En Casa


Aun que posiblemente estos ejercicios esten pensados para adultos en muy baja forma y personas mayores, son un buen punto de partida para hacer ejercicio e ir tomando continuidad.
Sentadillas
Un gran ejercicio para fortalecer las caderas, muslos y nalgas. En poco tiempo, veras que caminar, correr o subir escaleras es mas fácil de lo que pensabas!
Como hacerlas:
  1. Delante de una silla, de pie con los pies separados un poco más de la anchura de los hombros. Estira tus brazos de modo que queden paralelos al suelo, e inclina las caderas un poco hacia adelante.
  2. Asegúrate de que tus rodillas no sobrepasan los dedos de los pies, empiece a sentarse en un lento movimiento controlado, mientras hacemos este movimiento nos tiene que dar tiempo a contar hasta cuatro.
  3. Pausa. A continuación, levántate lentamente hasta volver a la posición de pie. Manten las rodillas sobre tus tobillos y la espalda recta.
  4. Repetir 10 veces para completar una serie. Descansa uno o dos minutos y vuelve hacer otra seria. Al principio con 2 series es suficiente, con el tiempo podemos ir aumentando las series si nos vemos capacitados.
Nota 1: Si este ejercicio es demasiado difícil, puedes empezar con la silla cerca de una mesa, de modo que puedas ayudarte con las manos. Si te cuenta agacharte puedes probar a poner algunos almohadones que nos ayuden en el descenso.
Nota 2: Colocar el peso sobre los talones y no sobre la punta de los pies nos ayudara a que las rodillas no sobrepasen los pies, evitando posibles daños.
Asegúrate de que:
* No te sientas demasiado rápido.
* No apoyas tu peso demasiado hacia adelante o hacia los dedos de los pies al levantarte.
Flexiones en pared
Este ejercicio es una versión modificada de las flexiones que podíamos hacer hace años cuando eramos jóvenes o estábamos en forma. Es menos difícil y no requieren que te tires en el suelo, pero nos ayudará a fortalecer los brazos, los hombros y el pecho.
  1. Encuentra una pared que esté libre de cualquier objeto que nos pueda molestar y colócate unos centímetros un poco más lejos que la longitud del brazo a la pared.
  2. Mirando a la pared, inclina tu cuerpo hacia adelante y coloca las palmas de las manos contra la pared a la altura de los hombros y separadas a la distancia de nuestros hombros.
  3. En lo que nos cuesta contar hasta cuatro (despacio), dobla los codos a medida que nos acercamos hacia la pared en un lento movimiento controlado, manteniendo los pies plantados y sobre el sitio.
  4. Pausa. A continuación, mientras contamos hasta dos, poco a poco empujas contra la pared estirando los brazos hasta que la espalda queda recta, pero sin llegar a bloquear los codos.
  5. Repetir 10 veces para completar una serie. Descansa uno o dos minutos y vuelve hacer otra seria. Al principio con 2 series es suficiente, con el tiempo podemos ir aumentando las series si nos vemos capacitados.
Asegúrate de que:
* No redondas o arqueas tu espalda.
Puntillas o gemelos
Una buena manera de reforzar los gemelos y los tobillos y restablecer la estabilidad y el equilibrio, lo que ayudará a que un paseo en el parque sea mas divertido y relajado.
  1. Cerca de una mesa o silla, de pie con los pies separados a la distancia de los hombros. Usar la silla para equilibrarse.
  2. Mientras contamos hasta cuatro, lentamente nos vamos poniendo de puntillas hasta lo mas que podamos estirar y mantenemos la posición durante otros 4 segudos.
  3. A continuación, mientras contamos otros 4 segundos bajamos lentamente hasta que nos tocan los talones en el suelo.
  4. Repetir 10 veces para completar una serie. Descansa uno o dos minutos y vuelve hacer otra seria. Al principio con 2 series es suficiente, con el tiempo podemos ir aumentando las series si nos vemos capacitados.
Asegúrese de que:
* No te apoyas en la silla, sólo es para mantener el equilibrio.
* Respiras regularmente durante el ejercicio.
Ejercicios para las manos
En este ejercicio vamos a mover los dedos, las manos y los brazos, mejorando nuestra fuerza y nuestro agarre.
  1. De pie o sentado y con los pies en el suelo.
  2. Movimiento 1: Imagina que hay una pared delante de ti e intentamos "caminar" por ella con nuestros dedos, mientras subimos y bajamos las manos alternativamente.
  3. Movimiento 2: Intenta tocarte las manos por detrás de la espalda, si es muy fácil intenta tocarte los codos. Cuando lo tengamos apretamos un poco y aguantamos la posición 10 segundos. Alternar la manos.
  4. Movimiento 3: relaja los dedos y las manos. Entrelaza tus dedos, gira las manos colocando las palmas hacia fuera y estira los brazos. Cuando sientas que se estira manten la posición 10 segundos.
  5. Repetir cada ejercicios 3 veces.

Caminar
Caminar se ha convertido de uno de los ejercicios mas populares entre todas las edades.
Se ha demostrado que el caminar con asiduidad a un ritmo moderado mejora la flexibilidad en las piernas, aumente la fuerza y la resistencia a la fatiga, mejora el flujo sanguíneo en ellas, reduce la incidencia de diabetes de tipo II y disminuye la tensión arterial.
Ademas caminar quema calorías, y por ello puede ser un método muy bueno para controlar el peso, siempre que quememos mas calorías de las que ingerimos claro esta.
Caminar también reduce el dolor de las articulaciones con artrosis y el dolor muscular, liberar tensión y reducir el estrés e incluso y puesto que conlleva un cansancio puede ayudarnos a dormir mejor.
Para poder beneficiarnos de las ventajas de caminar deberíamos caminar durante 30-40 minutos de 3 a 5 días por semana, a una marcha algo superior a nuestra velocidad normal de camino.
Fuente:

Tu Columna Vertebral. Sanadora Información

Agradecimientos a CB por compartir este mensaje.



La columna vertebral está dañada en un 80 % de los adultos. Esa es mi experiencia. La ciencia médica todavía no tiene muy estudiado el asunto y casi todos los problemas derivados de la columna los trata con sintomáticos. Para casi todo utiliza Diclofenac, infiltraciones o, incluso, la cirugía del túnel carpiano. Incluso la migraña como tal no existe, es solo un problema en las cervicales que se corrige con ejercicio y con dieta.

Hasta ahora a ningún médico de la tierra le ha dado por examinar la curvatura de la columna salvo en casos de lordosis o cifosis. En general todo lo buscan con radiografías o electro conducción y acuden a muchas cirugías innecesarias.

Los problemas de columna y los que de allí se derivan ya son epidemia.

Para el humano normal es corriente pensar que los ancianitos arrastren los pies y que se hagan pis en la ropa. Simplemente les consiguen bastones y pañales y asunto concluido. Así es en todo el mundo. Algunas personas tienen estreñimiento tenaz y es muy frecuente encontrar síndrome de colon irritable, el cual tiene, entre sus componentes, un asunto de columna. Son muy frecuentes las cirugías en este último caso.

En realidad la migraña, la bursitis y los problemas de dolor clasificados como del túnel carpiano no son tales, son en realidad problemas de columna. La ciencia médica los trata por separado cuando en realidad se trata de simples  problemas de columna y todos ellos se tratan con simples ejercicios, elementales de hacer.

La columna, en el cuello, tiene 7 vertebras. Le llaman cervicales. Cuando esas vertebras se desalinean producen migraña, bursitis, tendinitis, laringitis, hipo o hipertiroidismo, bronquitis, etc. Todos los órganos externos e internos de la parte superior del tronco, incluyendo la dentadura, quedan afectados. Allí radica uno de los problemas.

Las neuralgias son, casi siempre, causadas por desalineación de la columna, tanto si se dan en la cara, en las extremidades o en la espalda. EL PROBLEMA GRAVE ES QUE MUCHAS ENFERMEDADES PRODUCEN SÍNTOMAS QUE LA GENTE ENMASCARA TOMANDO ANALGÉSICOS. No solo la gente. La ciencia médica hace lo mismo.

En realidad, para los odontólogos, debería haber una materia que les enseñase a hacerle mantenimiento a la columna ya que como su trabajo lo hacen estando de pié entonces les es más vital.

Para uno saber cómo está de las cervicales el método es muy simple. No se requieren exámenes de tomografía, ni radiografías, ni de electro conducción. No se necesita ir al fisiatra ni al neurólogo.

Yo manejo un criterio que es el de curvatura y es como sigue:

Se acuesta la persona sobre el piso, no en cama ni en camilla. Se mete la mano por el cuello, por el lado derecho. Como a tocarse la oreja izquierda. Si la mano le pasa, en gran medida, tiene problemas de curvatura.

Para corregir problemas de curvatura en el cuello se procede así:

La persona se acuesta en el suelo, sobre el piso de madera, la baldosa o la alfombra, boca arriba. Mueve la cabeza como si quisiese tocar el pecho. Puede comenzar con unos 10 movimientos o más si resiste. Lo importante es mirar que tanto aguanta sin cansarse. Al comienzo puede sentir molestia en los músculos del cuello o incluso en la cara. Uno empieza con 10 por una semana. A la semana siguiente sube a 15 movimientos. A la siguiente a 20, etc. Hasta que pueda hacer diario 200 o 300 veces. Como puedes ver toma tiempo.

Cuando uno o una se acueste boca arriba en el piso, no en la cama, y la mano no le quepa por el cuello, está curado(a). Así de simple. El suyo es un problema muy simple, aunque muy molesto. Así como un dolor de muela, que no es muy grave, pero si es inaguantable.

Hay otro problema de curvatura y es el de la cintura. Allí están las vertebras lumbares. Cuando hay problemas allí surge lo siguiente:

Cansancio para estar de pié, dolor de rodillas, pies fríos o muy calientes, estreñimiento, problemas de esfínteres puede aparecer la ropa interior orinada o untada de materia fecal sin que la persona se percate de ello. Esos y muchos otros son problemas de columna.

Para saber si hay problemas de curvatura en tu cintura:

Te vuelves a colocar boca arriba en el piso, no en la cama, y con la mano derecha la metemos por la cintura a ver si pasa. Si pasa con facilidad toda o en parte, hay líos con la curvatura.

La corrección es muy simple, aunque toma tiempo y paciencia:

Compras un ladrillo farol, es decir, de los que tienen huecos y son grandes. Póngale 10x30x15 y lo forras en tela o periódico para que no talle o ensucie la ropa. También sirve un tronco de madera. Boca arriba lo metes debajo de tus nalgas y estiras los pies. 5 minuticos. Luego retiras el ladrillo y permanece boca arriba. Va aumentando la permanencia sobre el ladrillo hasta durar 20 o 30 minutos diarios. Lo puedes hacer en la mañana o en la noche.

El día que te acuestes boca arriba y la mano no te quepa por la cintura estas curado(a) y todas tus molestias habrán desparecido.

Debes revisar si tienes arco en el pié ya que no tenerlo desalinea la columna y entonces hay que usar los zapatos con plantillas.

Comparte este material...Hay cosas que la ciencia no sabe.

Fuente:

Estar en forma: ¿el secreto para curar la fibromialgia?


Se sabe que la fibromialgia ya afecta a cerca de 1 millón y medio de españoles, y debido a la dificultad para diagnosticar la enfermedad, se cree que las cifras de víctimas están subestimadas.

La fibromialgia ya ha sido descrita anteriormente en Vitónica y si bien sus causas específicas se desconocen, hoy se sabe que ciertos factores predisponen a su desarrollo.

Las cargas físicas o emocionales severas, los traumatismos, infecciones o inflamaciones pueden dar origen a la fibromialgia, enfermedad que se caracteriza por dolor muscular, fatiga, trastornos del sueño, depresión, cefaleas entre otros síntomas.

Ante la fibromialgia y el dolor muscular que experimentan quienes padecen la enfermedad, se evita o limita la práctica de actividad física. Sin embargo, diversos estudios indican que los ejercicios moderados podrían curar la patología o prevenirla. 

Las investigaciones señalan que el 85% de las personas afectadas no están en forma y que en general, el ejercicio físico adecuado podrían evitar su aparición y aliviar los síntomas.

Esta afirmación no es compartida por todos, ya que algunos especialistas creen que los atletas que entrenan en exceso un grupo muscular o que sufren rasgaduras, tendinitis u otras lesiones, pueden desarrollar fibromialgia.

Si bien la clave de la fibromialgia puede ser la fatiga excesiva, incluyendo exceso de ejercicios, la mayor parte de los investigadores creen que la enfermedad es producto del estrés mental sin canalizar que se manifiesta a nivel corporal.

Recientes estudios han comprobado que la cantidad justa de actividad física podría aliviar la fibromialgia, por lo tanto, la solución parecería ser la introducción gradual de ejercicios físicos.

Los médicos más familiarizados con la enfermedad, recomiendan ejercicios aeróbicos suaves, tales como natación, aeróbicos de bajo impacto o bicicleta estática.

Una investigación realizada con 38 individuos con fibromialgia demostró un reducción definitiva del dolor y mejoría notable de los síntomas subjetivos después de realizar un programa gradual de acondicionamiento aerobio.

El ejercicio incrementa los niveles de endorfinas, sustancias que actúan como analgésicos en el organismo humano, y ésto se traduciría en un menor dolor y en la disminución del los síntomas restantes.

Además, la actividad física incrementa el tiempo de la fase recuperativa del sueño, lo cual se traduce en un menor riesgo de sufrir fibromialgia y ésto podría explicar porque la gente que se mantiene en forma resulta menos afectada por la enfermedad.

Además de resultar totalmente beneficioso la práctica de ejercicios físicos moderados con una progresión gradual, en el tratamiento de la fibromialgia resulta muy útil la realización de estiramientos, masajes, ejercicios posturales y otras alternativas terapéuticas como el ultrasonido.

La inactividad puede agravar el dolor de la fibromialgia y por el contrario, la actividad física moderada puede poner fin a las dolencias. Por lo tanto, una vez más, la solución está en nuestras manos y ya no existen impedimentos para poner en movimiento nuestro cuerpo.

Fuente:
http://www.vitonica.com/enfermedades/estar-en-forma-el-secreto-para-curar-la-fibromialgia

Practicar Pilates para mejorar la fibromialgia


Cuando se padece fibromialgia el dolor que se siente en los músculos, articulaciones, ligamentos o tendones puede llegar a ser desesperante y afectar a nuestra salud mental.

La cuestión es: si tengo fibromialgia y he de vivir con ello, siendo además consciente de que no causa daño permanente ni a músculos ni a órganos internos, ¿por qué no realizar una actividad que afecte tanto física como mentalmente hacia la salud y el bienestar general?

Y ahí entra el Método Pilates y sus beneficios concretos para cada síntoma concreto:

La persona que sufre FM habitualmente no descansa por la noche y a la mañana siguiente se siente FATIGADAy con UN NIVEL DE ENERGÍA MUY BAJO. 

Tu Instructor/a Pilates te enseñará a respirar adecuadamente y en posturas que favorecerán el intercambio respiratorio y la flexibilidad de la columna vertebral y el tórax. 

Practica las respiraciones por la mañana al levantarte y después de haber ido al baño y generado un poco de movimiento corporal con tu rutina matutina. 

Con las ventanas abiertas (a primera hora de la mañana, temprano, no hay polen concentrado en la ciudad y el aire también se respira más limpio al no haber tráfico todavía). 

El efecto es inmediato: Sentirás como un subidón de Energía fluyendo por todo tu cuerpo, tu capacidad pulmonar aumentará cada día con la práctica habitual. 

Haz varias respiraciones, si te fatigas, guarda unos momentos de descanso mientras haces algunas tareas y luego vuelve, verás que estás mejor.

Una de las mejores cosas que puedes hacer es realizar ejercicios aeróbicos de "bajo impacto", Pilates trabajará este aspecto y cada dia adquirirás mayor tolerancia y resistencia.

Respeta tus descansos al máximo, si no sabes realizar una sesión de 20 minutos de relajación corporal entonces Tu instructor/a podrá dirigir las sesiones hasta que sepas desactivar bien tus músculos y tensiones inútiles.

Si estás tomando medicamentos, los ejercicios Pilates te ayudan a resolver la eliminación de residuos en tu cuerpo, acivando la circulación y el sistema linfático.

Las mujeres con sintomas pélvicos se verán my favorecidas al realizar todas las secuencias del movimiento pélvico. Recuerda una cosa, los órganos internos siempre se ven influenciados por nuestro movimiento corporal, nuestra tensión excesiva o nuestra relajación mental y física.

Si tienes problemas de mareos o desequilibrio o sensacion de que te falta el aire, muchos de los ejercicios Pilates se realizan en el suelo, tumbad@ boca arriba, y eso da una sensación maravillosa de comodidad y seguridad.

Los Ejercicios Pilates solicionan el problema de tener sensación de entumecimiento u hormigueo en algunas zonas corporales.

Con estas pautas seguro que por lo menos sientes las ganas de probar esta técnica, pero cuando lo hagas ¡¡¡ NO QUERRÁS QUE DEJE DE SER PARTE DE TU VIDA!!! 

Un abrazo a todos.

Fuente:
http://blogs.parasaber.com/http-pilateszaragoza-com/2008/9/21/practicar-pilates-mejorar-fibromialgia

El ejercicio físico es importante para quienes tienen fibromialgia


Está demostrado que la actividad física es beneficiosa para los pacientes con fibromialgia, y los médicos recomienda el ejercicio diario. Se pueden realizar ejercicios suaves como yoga, tai chi, caminatas, nadar, pedalear y hasta bailar; todo esto puede ayudar a mejorar la tonicidad muscular y por ende mejora la capacidad de tolerancia al dolor, el estado de ánimo y hasta el sueño.

Si no está acostumbrado hacer ejercicio, entonces debe empezar poco a poco, midiendo su propia capacidad y tolerancia al ejercicios; antes de iniciar, siempre debe haber un periodo de 5 minutos de calentamiento y estiramiento, con ejercicios suaves y lentos de bajo impacto. Luego realice el ejercicio deseado por unos 20 minutos, incrementando progresivamente, y luego disminuyendo el ritmo unos 3 a 5 minutos antes de parar. A cada persona le funciona algo distinto, por lo cual debe encontrar que le va mejor a usted y recordar que no debe repetir aquellos ejercicios o posturas que le causen dolor. Como preludio, les paso unos ejercicios que pueden hacer en repeticiones de 5 o 10, según como lo toleren:

Tumbado boca arriba, con las rodillas en semiflexión.
  • Levantar el tronco del suelo.
  • Levantar las piernas al aire, sea simultáneamente sea alternativamente o llevando las rodillas hacia el pecho.
  • Hacer movimientos de las piernas en el aire como pedaleo, batidos, tijeras, círculos, etc.
ejercicios fm 1.jpg
Tumbado boca abajo
  • Levantar la parte alta del cuerpo.
  • Después levantar las piernas del suelo.
  • Finalmente levantar estirados un brazo y la pierna contraria.
ejercicios fm 2.jpg
En cuatro patas, sobre rodillas y palmas
  • Levantar alternativamente un brazo y la pierna contraria estirados.
  • Levantar por el lado un brazo hasta apuntar con los dedos el techo. Hacer flexiones de los brazos acercando la cara al suelo.
  • Adelantar las manos en paralelo y estirar la espalda, haciendo flexiones hacia el suelo con el tronco.
ejercicios fm 3.jpg
Ojalá pudiera encontrar un compañero para hacer el ejercicio, ya que es mas divertido, se crea un compromiso, apoyo y refuerzo, asegurando continuidad y resultados positivos. Lo mas difícil es lograr hacerlo, pero hay que pensar en los resultados, e inyectarle ánimo.
Inténtenlo y Disfrútenlo.


Fuente:
http://fibromialgico.blogspot.com.es/2009/02/el-ejercicio-fisico-es-importante-para.html

Un programa de ejercicio para el/a enfermo/a con fibromialgia

EJERCICIOS DE ESTIRAMIENTO



Entrelaza los dedos y entonces estira los brazos hacia delante.
Las palmas de las manos deben de estar hacia fuera. Siente el estiramiento en tus brazos y en la parte posterior de tu espalda.
Mantener durante 10 segundos (dos veces).

Levanta la parte superior de los hombros, hasta sentir una ligera tensión en cuello y hombros.
Aguanta de 3-5 segundos, ahora relaja los hombros hacia abajo hasta la posición normal. (2 veces)





Alza las cejas y abre bien los ojos.
Mantén la cabeza abajo y el cuello relajado.
Aguanta 5 segundos. (2 veces)








Entrelaza los dedos, gira las palmas por encima de tu cabeza, a la vez que estiras los brazos.
Piensa en alargar tus brazos a medida que sientas el estiramiento en tus brazos y los laterales superiores de tu caja torácica.
Aguanta 10-15 segundos. (2 veces)


Sacude brazos y manos a los lados del cuerpo durante 10-12 segundos.
Mantén tu mandíbula relajada y deja que los hombros vayan colgando a medida que te sacudes la tensión.



Sentado o de pie deja que tus brazos cuelguen. Gira la cabeza a un lado y luego al otro, lentamente.
Aguanta 5 segundos en cada lado.


Con los dedos entrelazados detrás de la cabeza, mantén los codos estirados hacia el exterior con la parte superior del cuerpo erguida.
Empuja tus omoplatos uno contra el otro, estirando la espalda.
Aguanta la contracción 5 segundos y luego relájate.


Sentado o de pie deja que los brazos cuelguen a los lados.
Inclina la cabeza lateralmente, hacia un lado y después al otro.
Hombros relajados y caídos durante el estiramiento.
Aguanta 5 segundos en cada lado.

Con tu mano derecha, tira suavemente de tu brazo izquierdo hacia abajo, cruzándolo por detrás de tu espalda.
Inclina tu cabeza lateralmente hacia el hombro derecho.
Aguanta 10 segundos.
Repítelo con el otro lado.

Coge tu codo derecho con tu mano izquierda.
Tira suavemente de tu codo hacia detrás de tu cabeza hasta sentir una cómoda tensión de estiramiento en el hombro o zona posterior del brazo (tríceps).
Aguanta 10 segundos.
Hazlo con ambos lados.







Ante todo es muy importante tener en cuenta que el texto que a continuación presentamos, es de aplicación general en enfermos con fibromialgia (FM) que no se encuentren en grados máximos de afectación o que no tengan además comorbilidades (otras enfermedades) que limiten adicionalmente o contraindiquen la práctica de ejercicio. No son de aplicación en enfermos con Síndrome de Fatiga Crónica.

Por la edad habitual de presentación de la FM (45-55 años) es frecuente que los enfermos sufran otras enfermedades y síndromes del aparato locomotor, como por ejemplo las tendinitis, artrosis, artritis, osteoporosis, etc. Todo el conjunto de estas patologías debe ser valorada previamente por el médico para indicar la práctica del ejercicio regular.

Puede ser de mucho interés la práctica previa de una prueba de esfuerzo para descartar cualquier patología que contraindique la práctica de ejercicio sin mayor supervisión.

Hace mucho tiempo que sabemos que el ejercicio físico aeróbico es eficaz e incluso necesario en un enfoque integrado de la FM para conseguir una mayor calidad de vida.

Estudios muy actuales apoyan de forma inequívoca la práctica de un ejercicio aeróbico gradual en la FM.

El enfermo, harto de su situación, pretende obtener ventajas muy inmediatas con el ejercicio y esto simplemente no es posible. La afectación de la FM se ha producido en la inmensa mayoría de casos de forma progresiva y así es como también se produce un cierto grado de recuperación. No espere grandes modificaciones de su calidad de vida hasta los seis meses o un año de la práctica continuada en el programa.

Muchas veces, el planteamiento de la práctica regular de ejercicio, es muy mal aceptada por el enfermo, que se siente realmente incapaz de realizarlo o que lo ha intentado en varias ocasiones de forma inadecuada obteniendo resultados incluso contrarios a los esperados, con aumento del dolor o de las contracturas. El ejercicio debe ser correcto y conducido por un fisioterapeuta o profesional específicamente conocedor del tema y siempre bajo una prescripción médica individualizada a cada caso e incluso para cada fase del desarrollo del síndrome. El ejercicio debe acompañarse de un aprendizaje de técnicas de respiración.

No es válida la simple inclusión en un programa de“ejercicios para personas de la tercera edad” o en un grupo de “gimnasia en el agua”. Los enfermos con FM precisan un programa específico. En muchas ocasiones, una persona de edad avanzada con buena salud, puede hacer mucha más actividad física que un enfermo con FM.

La práctica del ejercicio induce la liberación de unas sustancias que disminuyen nuestra percepción del dolor, mejora el rendimiento de nuestros músculos aumentando nuestra resistencia, mejora nuestro carácter y la forma y nuestra sensación de bienestar y nos permite descansar mejor durante el sueño.

Un programa adecuado de ejercicio debe incluir un precalentamiento, un programa de ejercicio aeróbico suave que nunca debe empeorar la situación clínica ni la percepción de enfermedad del paciente y una secuencia de relajación con unas series de estiramientos que según el grado de afectación deberán ser supervisados o incluso ejecutados por el experto.

Es importante antes de iniciar el programa tomar conciencia del propio modelo de utilización muscular. Por ejemplo, contraer un músculo mientras se reduce su longitud (se acorta), acostumbra a ser bien tolerado por estos pacientes, pero en cambio la contracción con elongación (centrífuga), produce normalmente un aumento del dolor. Por lo tanto es importante reducir los movimientos de contracción con elongación en la vida diaria y por supuesto durante la práctica del ejercicio.

Típicos ejemplos de contracción con elongación son:
  • Hacer actividades que requieran que los brazos estén sobre la cabeza, por ejemplo, secar el pelo, tender la ropa (en un tendedero alto), colocar objetos en estanterías...
  • Pasar la aspiradora, hacer las camas, airear las alfombras...
  • Hacer actividades con los brazos extendidos...
  • Cargar el lavavajillas.
  • Caminar cuesta abajo, sobre todo por terrenos irregulares.

Si Vd. ha detectado que estas actividades le incrementan claramente el dolor es importante que lo comunique a su médico y a su fisioterapeuta para que le recomiende la evitación de actividad muscular centrífuga. Si le es imposible evitarlas absolutamente debe limitar en el tiempo la actividad y hacer pequeñas pausas que decontracturen sus músculos, por ejemplo cada 5 minutos.

Es importante que aprenda a hacer estiramientos que nunca deben ser máximos, se trata de hacer de forma repetida a lo largo del día, pequeños ejercicios de estiramiento de varios grupos musculares. No intente correr demasiado ni llegar tan lejos como pueda, pues sus músculos pueden hacer un efecto de rebote e incrementar su dolor. Comience con estiramientos que no alcance el máximo de lo que Vd. podría hacer y manténgalos unos 10-15 segundo, poco a poco podrá ir aumentando el tiempo en estiramiento hasta los 30-60segundos. Es normal que tarde unos dos o tres meses en alcanzar el objetivo de estiramientos de 60 segundos sin que le aumente el dolor.

La práctica regular de ejercicio en su grupo de FM debería acompañarse de un aumento muy paulatino de actividad física diaria. Un objetivo muy asumible es caminar entre 20 y 30 minutos en terreno llano tres veces por semana al principio y tras un mes, pasar a hacer esta pequeña caminata cada día, debe intentar no detenerse mientras que camina estos minutos. Si hace mucho frío en su ciudad es mejor que aplace el inicio de esta actividad hasta que haga mejor tiempo. Procure no ir muy abrigado ni con peso innecesario encima, como por ejemplo un boldo muy cargado. Camine con calzado cómodo y una ropa que le permita una buena movilidad. Intente caminar siendo consciente de los movimientos de sus grupos musculares y sincronice sus movimientos con una respiración adecuada.

Si no le gusta caminar puede optar por otros ejercicios suaves, pero deberá consultarlo previamente con su médico. Aunque sea cualquier ejercicio que Vd. practicase antes de la enfermedad con buen rendimiento deberá comenzar muy suave e incrementar la actividad muy poco a poco y siempre sin que le aumente el dolor o la fatigabilidad del día siguiente.

Para muchos enfermos les es de mucha ayuda llevar un pequeño registro de actividad y objetivos para la próxima semana. Por ejemplo, si vive Vd. en un quinto piso y decide coger el ascensor sólo hasta el cuarto, anótelo en su cuaderno. Intente siempre que la actividad física que haga no se acompaña de una gran sensación de esfuerzo.

Es también muy importante que no intente “recuperar el tiempo perdido” en un día en que se sienta bien. Haga su plan de siempre independientemente de que un brote o una agudización de la enfermedad ha limitado o impedido la actividad por unos días.

Normas para mantenerse activo:
  • Comience por una actividad mínima y haga pequeños incrementos semana tras semana.
  • Intente determinar a qué hora del día le es más fácil aumentar o programar su actividad, es decir, que si Vd. se siente mejor a las 12 del mediodía o a las siete de la tarde, haga el ejercicio a esa hora y no a otra.
  • Comente el inicio de su “plan de actividad” con su familia y amigos e intente conseguir su colaboración para que respeten esa franja horaria.
  • Sea riguroso en anotar su actividad y los incrementos programados.
  • Si pierde un día de actividad no intente recuperarlo al siguiente, pero intente también no perder el terreno ganado a la enfermedad.
  • Tenga como objetivo inicial conseguir caminar 30 minutos cada día. Comience por cinco minutos e incremente cinco minutos cada semana hasta conseguirlo.

Ejercicio

Los inicios de un programa de ejercicio son siempre difíciles y más en un enfermo con FM.

Deben establecerse nuevas rutinas que a veces modifican otras y deben cambiarse prioridades. No espere cambios inmediatos, pero tenga la seguridad de que acabarán produciéndose. En la gran mayoría de casos la percepción de mejoría debida a la práctica de un ejercicio regular se describe como:
  • Mayor seguridad en sí mismo y mayor grado de independencia.
  • Sentirse mejor y con más energía.
  • Le será más fácil controlar su peso.
  • Disminuirán el dolor, la rigidez o la sensación de malestar general.
  • Puede disminuir su frecuencia cardíaca en reposo.

Entrenamiento Aeróbico

El tipo de ejercicio aeróbico adecuado corresponde a un programa de bajo impacto, como caminar, ir en bicicleta cómoda, ejercicio aeróbico en agua a temperatura confortable (30 º) o natación (si sabe Vd. nadar bien). Estos tipos de actividad tienen muy bajo riesgo de inducir traumatismos o lesiones musculares o articulares.

La práctica de ejercicio en un grupo homogéneo, es decir, que no sólo sufra la misma enfermedad, sino que tenga grados de afectación similares, permite mejorar el cumplimiento al minimizar la monotonía.

La aplicación de calor previo o incluso si está prescrita por su médico, alguna ligera medicación analgésica, puede favorecer las fases iniciales del inicio de actividad.

En un programa de ejercicio aeróbico debemos tener en cuenta tres factores básicos:

1. Frecuencia: Generalmente se recomienda iniciar el programa con ejercicio tres veces por semana en días no consecutivos, pero si su afectación es muy importante puede ser necesario iniciar un programa diario de aún menor intensidad y duración. Cuando aumente la duración de cada sesión podrá disminuir la frecuencia.

2. Duración: La mayoría de enfermos admiten un ejercicio entre 15 y 40 minutos que sitúe su frecuencia cardíaca en la “zona de entrenamiento”. Es muy habitual marcar un objetivo de 20-30 minutos. Esta duración permite el máximo beneficio cardiovascular sin aumentar el dolor o la fatiga.

3. Intensidad: El ejercicio máximo debe establecerse en la zona comprendida entre el 60 y el 80% de la “Frecuencia Cardíaca Máxima” y debe monitorizarse durante el ejercicio.

El ejercicio ideal para Vd. es aquel de bajo impacto (es decir, sin riesgo de producir lesiones adicionales), ininterrumpido y rítmico, en el que Vd. se siente cómodo o incluso disfruta.

Puede utilizar las tablas de ejemplo que incorporamos en este documento o practicar cualquier otro.

La determinación de la “Frecuencia Cardíaca Máxima”se hace a través de la siguiente fórmula:

Cálculo de la Frecuencia Cardíaca Máxima
220 – edad (en años) = Frecuencia Cardíaca Máxima (FCM) (en latidos por minuto)
FCM x 0,60 (porcentaje) = Frecuencia Cardíaca de Entrenamiento al 60%
FCM x 0,80 (porcentaje) = Frecuencia Cardíaca de Entrenamiento al 80%

Calcular en:



Cómo medir su Frecuencia Cardíaca

Coloque los dedos índice y medio sobre los músculos que bajan por el cuello, deberá sentir el latir de la arteria carótida en la punta de los dedos, cuando haya encontrado el pulso, comience a contar, 0 para el primer latido, después 1, 2, 3, y así hasta que pasen 15 segundos.

Una vez que esté seguro de su conteo, multiplique por 4 para obtener sus pulsaciones por minuto.



Otra forma, aunque menos fiable porque se puede contabilizar el propio latido de los dedos, es tomarlo a nivel de la muñeca, en la llamada arteria Radial. Deben colocarse los dedos índice y medio en la muñeca, en la base del dedo pulgar y presionar levemente, haciendo el mismo cálculo que el indicado previamente, aunque en esta localización es mucho más fiable completar el minuto completo.

Actualmente existen unos aparatos similares a un reloj de muñeca (pulsómetros) que indican continuamente el pulso con mucha fiabilidad y permiten una monitorización prácticamente sin detener el ritmo del ejercicio.

Escala de Intensidad de Percepción de Esfuerzo

Es una valoración subjetiva adicional que junto con la Frecuencia Cardíaca nos ayuda a valorar la intensidad del ejercicio, en base a la siguiente escala:


En el caso de enfermos con FM, la percepción al final del ejercicio no debería superar el grado 12-13.

Fases del Programa de Ejercicios

Calentamiento:

Sirve para preparar el cuerpo para la fase de preparación física del programa. Debe durar entre dos y cinco minutos y tener baja intensidad.

Fase de Trabajo:

Es la fase de ejercicio activo propiamente dicha. Esta fase no puede estandarizarse, sino que debe diseñarse para cada paciente. Debe ser lo suficientemente intensa como para alcanzar la Frecuencia Cardíaca prevista sin pasar el nivel de percepción de agotamiento citado. La duración depende del nivel de entrenamiento, pero de forma general se puede fijar el objetivo en 20-30 minutos.

Una buena regla es comenzar por sólo 2-5 minutos por las mañanas y también de 2 a 5 por la tarde (recuerde hacerlo en sus“mejores horas”). Cuando haya hecho esta pauta durante un tiempo en su casa es posible que le sea más fácil integrarse en un grupo.

Recuperación:

Consiste en caminar despacio o pedalear sin resistencia para disminuir hasta su normalidad la frecuencia cardíaca. Esta fase es imprescindible pues evita la acumulación de sangre en las piernas y el mareo que muchos enfermos experimentan tras el ejercicio.

Estiramientos:

Debe finalizar siempre su sesión de ejercicios con estiramientos (sin llegar al límite) de sus piernas, brazos y tronco. Representa la continuación de la fase de “normalización” o recuperación. Es esencial para reducir el dolor y la rigidez.

Reposo:

Cada periodo de ejercicio debe seguirse de un reposo en silencio y relajación donde la respiración adquiere un especial valor. Debe evitar saunas o duchas frías o en general cambios bruscos de temperatura en esta fase, que debe prolongarse hasta su normalización absoluta.

Cómo debe controlar sus pulsaciones

Cuando Vd. comience el ejercicio, sus pulsaciones deben estar dentro del rango normal, es decir entre 60 y 80 por minuto, aunque hay enfermos de FM en que su normalidad es un poco superior (a veces hasta 90-95 pulsaciones por minuto). Durante el ejercicio debe ir controlando sus pulsaciones para verificar que se encuentran en la zona que constituye el objetivo a mantener (Frecuencia Cardíaca de Entrenamiento), vaya ajustando su nivel de actividad para conseguir, al cabo de 30 días de ejercicio, mantenerse en esa zona durante 20 minutos, si consigue lograrlo estará optimizando al máximo el beneficio cardiovascular del ejercicio.

Tras el ejercicio tome su pulso inmediatamente y tras cinco minutos de recuperación o estiramientos. Tome nota de estos valores para planificar las futuras sesiones. La modificación de estos valores a medida que avanza su programa de entrenamiento será la medida de la eficacia del mismo. Su corazón será más fuerte y no precisará latir tan deprisa para mantener sus funciones vitales.

Una medida que podría consistir en el objetivo para unos dos o tres meses de ejercicio sería la que viene dada por la siguiente fórmula:
Intensidad (0,60) x Minutos x Frecuencia semanal = 40

ATENCIÓN

Si Vd. presenta cualquiera de los siguientes signos de intolerancia al ejercicio debe detenerse y descansar. Si los síntomas no mejoran con el reposo o si continúan limitando su actividad, debe consultar con su médico para reevaluar la situación y el diagnóstico.
  • Mareo durante o tras el ejercicio.
  • Respiración dificultosa, haciendo difícil mantener una conversación.
  • Fatiga persistente que no mejora con el reposo.
  • Cambios bruscos en el ritmo del pulso, por ejemplo sensación de latidos de más, pausas, palpitación en el cuello, pulso muy lento...).
  • Dolor en las articulaciones, músculos o huesos.
  • Dolor en el pecho, mandíbula, dientes, orejas, brazos, cuello o zona superior de la espalda. Si este dolor no se alivia en dos o tres minutos, acuda a un centro médico y avise a su médico.
  • Nausea, vómitos, temblores, sudor frío o sensación de gran debilidad.

Algunos consejos para mejorar el seguimiento de su programa
  • Intente convencer a un amigo, amiga o familiar para que haga el programa de ejercicio con Vd.
  • Comience muy lentamente, no hay ninguna prisa. Es fácil que decida abandonar el programa si quiere abarcarlo todo en los primeros días.
  • Busque un tiempo en el que pueda hacer el ejercicio sin interferencias. Reserve esa franja horaria e intente que ni antes ni después tenga actividades que le condicionen mentalmente.
  • Seleccione la franja horaria en la que Vd. habitualmente se encuentra mejor.
  • Un baño caliente o aplicación de paños térmicos puede ser de utilidad para comenzar el ejercicio.
  • Utilice ropa cómoda y calzado adecuado.
  • Alterne sus formas de ejercicio, por ejemplo, puede ir a nadar un poco un día a la semana y los otros dos días salir a caminar o pasear en bicicleta el fin de semana.
  • Si tiene dudas respecto a si podrá seguir el ritmo de una clase concreta hable con el profesor y vaya a observar la clase un par de veces antes de decidirse. Hable con los que ya siguen el curso. Puede solicitar una clase de prueba. Nadie está obligado a hacer algo que no puede.
  • Utilice la “Regla de las Dos Horas”. Si tras el ejercicio mantiene Vd. molestia aunque sean ligeras o agotamiento, es que el ejercicio ha sido excesivo. Disminuya la intensidad la próxima vez.
  • Fíjese objetivos, aunque sean muy discretos. Por ejemplo: “dentro de cinco semanas debo haber duplicado mi tiempo de ejercicio”.
  • Tardará entre uno y dos meses en mejorar su capacidad de ejercicio y entre tres y seis meses en notar una mejoría de forma estable, pero con sólo dos días en que retorne a la inactividad comenzará de nuevo a perder resistencia. Dos semanas de inactividad le retornarán al estado inicial.

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